La primera reacción en público de Pablo Iglesias tras el manifiesto firmado por Errejón, es cambiar el tono. Iglesias le dedica una carta abierta, en '20 minutos' a su número dos repleta de palabras de afecto y en la que habla de una relación de amistad intacta. Aunque le llame al orden para serenar el enfrentamiento político.

"Me preocupa enormemente, Íñigo, que la militancia y los inscritos nos dejen de ver como compañeros (...) pensar como pienso, amigo, no es empujar a Podemos a una deriva extremista (...) Es una propuesta tan legítima como la que defiendes tú. Tú y yo no somos gallos de pelea, somos compañeros", ha escrito Iglesias.

Para Errejón, el momento político que atraviesa Podemos no se resuelve con intercambio de cartas en público. Rechaza convertir la situación en "una telenovela privada, ni siquiera una novela de género epistolar hermoso entre dos amigos. Es importante anteponer el proyecto".

En realidad, la discusión sobre ideas y personas es, ante todo, estratégica. Los próximos a Iglesias quieren que en Vistalegre II se vote todo junto. Rafael Mayor, secretario de relación con la Sociedad Civil de Podemos, ha dicho que "nadie entendería que alguien pudiera ser elegido con ideas diferentes a las que defiende".

Errejón y sus afines entienden que eso convertiría el Congreso en un concurso de popularidad entre ambos líderes que, en teoría, tendrían perdido los errejonistas. Por tanto, también sus tesis. Clara Serra, diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid ha dicho en una entrevista telefónica que "una vez la dirección decida el rumbo, quien crea que es incompatible con las ideas, que no se presente".

En la carta, Iglesias recuerda a Errejón que, pase lo que pase, quiere contar con él. "Quiero un Podemos en el que tú puedas trabajar a mi lado y no frente a mí". Le pide cuidar el debate para que sigan llamándose amigos.