El exdirector de Infraestructuras de Cataluña, Josep Antoni Rosell, apenas pasó por el calabozo. Y todo, a pesar de que antes de ser detenido intentó ocultar en casa de un amigo una caja de seguridad y un maletín clave para la investigación.
En la caja fuerte había 80.000 euros, pero lo realmente 'sensible' estaba en el maletín: todos los datos la obra del canal hidráulico Segarra-Garrigues, adjudicada en 2003 por 1.103 millones de euros, y la más cara en aquellos tiempos.
El president Montilla recogía el testigo del Govern de Pujol e inauguraba un tramo del canal en 2006, pero lo cierto es que la obra está actualmente empantanada.
Esto es, doce años después, el canal está en 'pañales'. Sólo riega 3.000 hectáreas de las 68.000 previstas y su coste se ha disparado hasta un 81%, de los 1.103 millones hasta los 1.928 millones de euros.
Esta obra millonaria está relacionada con varias empresas sospechosas del famoso 3%, integradas en el consorcio adjudicatario. Además, con el canal se hizo uso sin pudor de la puerta giratoria
Cuando se adjudicó el canal, Josep Grau era conseller de Agricultura y Josep Antoni Rosell subdirector de Infraestructuras en la Consellería. Con la llegada del tripartito, los dos encontraron refugio en la adjudicataria: uno como presidente y el otro como director general.
Si bien Grau sigue ahí, Rosell volvió a la Generalitat al regresar Convergència. La información de los CD escondidos en el maletín permitirá dilucidar si en el canal también se han escondido comisiones.