Después de dejar de comer, Romanós llegó a un primer acuerdo con las autoridades sobre la utilización de una pulsera electrónica como sistema de vigilancia, aunque rehusó suspender la huelga de hambre y también de sed hasta que no hubiese un compromiso formal. "Romanós respetará los permisos penitenciarios y la confianza de todos los que le han apoyado", declaró Ragusis.
Como condición para acceder a estos permisos, la legislación dispone que antes el preso haya cursado el primer semestre del curso académico a distancia. La normativa salió adelante por unanimidad de la Cámara después de que el texto inicial, que eliminaba los permisos penitenciarios por motivos académicos y los sustituía por estudios a distancia, introdujese a petición de todos los partidos políticos el uso de este dispositivo de vigilancia.
Según apuntan varios medios locales, la presión sobre el delicado estado de salud del joven, habría llevado a intervenir al presidente de la República, Károlos Papulias, que a través de una llamada telefónica habría instado al primer ministro, Andonis Samarás, a hallar una solución.
Romanós fue condenado por doble atraco a mano armada, pero absuelto de la acusación de pertenencia a banda terrorista, aunque tiene pendientes otros procesos por delitos de terrorismo. La nueva normativa permitirá solicitar estos permisos incluso a los condenados que aún tengan cargos pendientes.
Su caso ha provocado un importante revuelo político que ha ocupado parte del debate parlamentario de los últimos días, justo en el momento en que Grecia vive una gran inestabilidad, después de que el Gobierno haya decidido adelantar dos meses la elección del presidente de la República.
Esta situación también desató una ola de protestas sociales que se plasmó en varias manifestaciones (una de ellas concluyó con graves disturbios) y ocupaciones de edificios públicos en solidaridad con Romanós.