El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein ha advertido que la muerte de hambre de civiles sirios es un potencial crimen de guerra y un crimen contra la Humanidad que debería ser perseguido y no estar cubierto por ninguna amnistía vinculada al fin del conflicto. 

En declaraciones en Ginebra donde se están celebrando las conversaciones de paz bajo los auspicios de la ONU ha subrayado que "en el caso de Siria estamos ahí para recordar a todo el mundo que hay denuncias que llegan al umbral de crímenes de guerra o crímenes contra la Humanidad en los que las amnistías no son permisibles".

Zeid ha subrayado que la muerte de hambre en la localidad de Madaya y el asedio de otras 15 localidades y ciudades en Siria constituye "no solo es un crimen de guerra sino un crimen contra la Humanidad si es demostrado en un tribunal". Asimismo ha indicado que la ONU estima que "decenas de miles de personas están bajo detención arbitraria y claramente necesitan ser puestas en libertad".