Susana estudiaba para ser periodista pero, mientras, había ganado concursos de belleza. Este año se había hecho ya con la corona de Miss del estado de Sinaloa, y también había viajado hasta China representando a su país.

Unos sueños que se han hecho añicos en un todoterreno, en el que iba con su novio, un conocido narcotraficante y varios de sus compinches. El ejército les interceptó y ellos respondieron con un arsenal de armas. Un fuego cruzado en el que murió Susana, junto a cuyo cuerpo se encontró un cuerno de chivo, como llaman los narcos al fusil AK-47.

No es la primera vez que carteles de la droga y bellezas de concurso se entremezclan. Para muchas chicas, esa combinación es el billete para salir de la pobreza, y de una violencia que cada día mata a 27 personas por todo México. A Susana sólo le ha servido para engrosar una triste lista: la de Miss Narco.