El texto de la supuesta Resistencia ha desatado la ira de Donald Trump, que considera que "lo que han hecho es, virtualmente, una traición". Y su objetivo ahora es cazar al autor o autora de lo que considera como un acto cobarde: "Nadie sabe quién diablos es él o ella; han escrito 'él', pero probablemente sea para despistar y es un 'ella'".

El presidente ataca al periódico una vez más, y asegura que en la Casa Blanca reina el amor. "Tenemos mucho amor dentro de la Administración", afirma en Fox News.

Más de 20 pesos pesados del Gobierno se han apresurado a entonar el "yo no he sido". Uno de los primeros fue el secretario de Estado, Mike Pompeo, pero Trump no se fía del todo de sus palabras y quiere revisar con lupa los comunicados o declaraciones de los que han negado estar detrás del editorial anónimo que revela cómo una especie de escuadrón secreto boicotea las políticas y decisiones más peligrosas del presidente.

Uno de los principales sospechosos es su vicepresidente, Pence, que también lo niega recordando que "no ha podido ser más fiel como vicepresidente".

La clave que le pone en desfiladero es el lenguaje. La palabra "lodestar", que significa faro, es un término antiguo y de uso poco frecuente que sí utiliza y mucho Pence. El propio editor de The New York Times ha dicho que el lenguaje del artículo podría delatar al autor.