Los líderes europeos designaron a Juncker -que fue el candidato del PP europeo a la Comisión en las pasadas elecciones a la Eurocámara- en la cumbre del 27 de junio con la única oposición de Reino Unido y Hungría. Para ser ratificado, el ex primer ministro luxemburgués necesita el apoyo de la mayoría simple del Parlamento, es decir, de 376 eurodiputados.
Salvo sorpresa mayúscula de última hora, esta mayoría está ampliamente garantizada gracias al acuerdo de estabilidad suscrito entre populares, socialistas y liberales, que suman 479 escaños.
No obstante, el resultado será previsiblemente mucho más ajustado porque algunas delegaciones nacionales, entre ellas previsiblemente los socialistas españoles o los laboristas británicos, se niegan a votar a favor de Juncker. El luxemburgués podría recibir algunos votos de los Verdes, que están divididos, gracias a su oposición al 'fracking'.
"Esperamos tener al menos la misma mayoría que el señor Schulz", ha dicho el portavoz del PP europeo, Pedro López de Pablos. El alemán Martin Schulz logró 409 votos en su reelección como presidente de la Eurocámara el pasado 1 de julio gracias al mismo acuerdo de estabilidad.
Los socialistas y los liberales tienen previsto seguir negociando con Juncker hasta este mismo martes por la mañana para arrancarle más concesiones en su programa. En su segundo mandato, Barroso obtuvo 382 votos favorables.
Los que han dejado claro que votarán contra el luxemburgués son los Conservadores y Reformistas Europeos, el grupo de los 'tories' británicos, que rechaza el procedimiento para nombrarlo y lo que consideran excesivo europeísmo del candidato; los euroescépticos del grupo de Nigel Farage, el líder del UKIP, por los mismos motivos; así como Izquierda Unitaria, por no distanciarse de las políticas de austeridad.
El pleno de este martes comenzará con un discurso ante el pleno de Juncker para presentar su programa. A continuación intervendrán los presidentes de los diferentes grupos políticos y después se procederá a una votación secreta con papeletas y urna. Está previsto que el resultado del recuento se conozca alrededor de las 12:30 horas.
Una vez confirmado, el propio Juncker participará en la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra al día siguiente y que tiene como objetivo abordar el reparto de carteras en el próximo Ejecutivo comunitario, así como la elección del resto de altos cargos de la UE.
Una de las primeras cuestiones que deben abordar los líderes europeos es la escasez de mujeres entre los candidatos a comisario. Las comisarias del equipo de Barroso han enviado una carta a Juncker en la que le piden que haya al menos 10 mujeres entre los 28 comisarios, aunque la decisión depende de las capitales.
Para ganarse su apoyo, el luxemburgués ha prometido a los socialistas que adjudicará a uno de los suyos la cartera de Asuntos Económicos. Entre los favoritos se encuentran el actual presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el ex ministro francés, Pierre Moscovici.
De ser el primero, despejaría el camino a Guindos para presidir el Eurogrupo. Alemania ha dicho que no ve "prioritario" crear una presidencia a tiempo completo, así que lo más probable es que haya primero un periodo de transición durante el que Guindos ejerza el cargo a tiempo parcial y siga como ministro de Economía en España, según fuentes gubernamentales.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo en la cumbre de junio que en UE hay una "buena opinión" sobre el ministro de Economía, Luis de Guindos, y que le gustaría que asumiera "responsabilidades importantes".
España aspira además a una cartera económica importante en el equipo de Juncker, como la de Comercio o Mercado Interior, que previsiblemente será para Miguel Arias Cañete. No obstante, el PSOE ha avisado de que Cañete tendrá "difícil" pasar la audiencia del Parlamento por sus "declaraciones machistas" y ha sugerido al Gobierno que presente a una mujer.
En la cumbre del miércoles se debe elegir además al Alto Representante para la Política Exterior y al presidente del Consejo Europeo. En el primer caso, la favorita es la ministra italiana de Exteriores, Federica Mogherini, seguida de cerca por la actual comisaria de Ayuda Humanitaria, la conservadora búlgara Kristalina Georgieva.
Mucho más abierta está la carrera para suceder a Herman Van Rompuy. Ha perdido puntos la primera ministra danesa, la socialista Helle Thorning-Schmidt. Pero no hay favoritos alternativos, hasta el punto de que se sopesa aplazar la elección a otoño.
Se habla del canciller austriaco, Werner Faymann. Pero el cargo podría acabar también en manos de un conservador, como el primer ministro irlandés Enda Kenny; el finlandés Jyrki Katainen o el polaco Donald Tusk. Según el periódico francés 'Le Monde', incluso Barroso se ha ofrecido a los líderes europeos para ocupar el cargo.