Las discotecas francesas cerrarán a partir de este viernes y durante las próximas cuatro semanas ante el avance del COVID-19 en el país. Así lo ha anunciado este lunes el primer ministro galo, Jean Castex, que ha explicado la medida por la elevada circulación del virus entre los jóvenes y la dificultad de mantener la mascarilla en estos establecimientos, al tiempo que ha indicado que las empresas afectadas recibirán ayudas económicas.
Además, el Gobierno francés insta a limitar las reuniones festivas en la esfera privada. Así, aunque según Castex en estos momentos sería desproporcionado aplicar otras restricciones generalizadas, como los toques de queda, ha llamado a la prudencia en las celebraciones navideñas, pidiendo que se anulen cuando no sea posible llevar mascarilla y elevar la vigilancia en el resto.
"La idea no es prohibirlos, es que se respete la distancia y se lleve la mascarilla. Pero cuando no se pueda, serán prohibidos", ha advertido. "Hasta las fiestas de fin de año, tenemos que bajar el ritmo sobre los eventos festivos en la esfera privada", ha afirmado el primer ministro. "Si mantenemos la vigilancia las próximas tres semanas, superaremos esta ola", ha asegurado.
Además, se podrá requerir el pase sanitario durante manifestaciones y eventos al aire libre, como los mercados navideños y se pide a las empresas que aún no lo han hecho que instauren el teletrabajo con dos o tres días por semana.
Asimismo, y ante la aceleración de la transmisión entre los menores de 12 años, se impondrá la mascarilla en las escuelas y a partir del próximo 15 de diciembre se comenzará a vacunar a los menores de 12 años con patologías de riesgo. Según Castex, en cuanto tengan luz verde de las autoridades sanitarias, harán lo mismo con el resto, antes de finales de año. También se incrementarán las campañas para inyectar la tercera dosis de la vacuna, sobre todo a mayores de 65 años.
El primer ministro ha anunciado estas medidas en un momento en que Francia viene registrando en los últimos días unos 50.000 contagios diarios de coronavirus y su tasa de incidencia supera los 400 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los menos de 50 que tenía a principios de octubre.