No ha empezado la 'era Biden' en Estados Unidos y muchos ya piensan más allá, en concreto en 2024, repitiendo tres letras: AOC. Sin embargo, Alexandria Ocasio-Cortez, reelegida como congresista en el Bronx, ha puesto en duda no sólo esta opción, sino su futuro en la política en general.

"Ni siquiera sé si quiero estar en política", ha dicho en una entrevista en el New York Times. Al ser preguntada por esta posibilidad, Ocasio-Cortez explica qué motivos le han hecho plantearse esta posibilidad.

"Es lo que viene. Es el estrés. Es la violencia. Es la falta de apoyo de tu propio partido. Es tu propio partido pensando que eres el enemigo. Cuando tus propios compañeros hablan de forma anónima en la prensa y luego se dan la vuelta y dicen que eres malo porque tú pones tu nombre a tu opinión", comenta la congresista.

Lejos de saber si se trata de un farol de cara a la búsqueda de un respaldo mayoritario para afrontar una carrera más grande, Ocasio-Cortez lanza una última conclusión: "Hablo en serio cuando le digo a la gente que mis opciones de optar a un alto cargo o de irme a una granja son probablemente las mismas".

Los deberes a Biden

Antes de este órdago, Ocasio-Cortez, que fue escueta en su felicitación a la dupla Biden-Harris por su victoria, pone deberes a los nuevos inquilinos del Despacho Oval, poniendo el foco en las tensiones raciales.

"Sabemos que el racismo es un problema y evitarlo no va a resolver ningún problema electoral", comenta, sacando pecho de las "políticas progresistas" que defiende: "Hemos aprendido que no dañan a los candidatos".

Sobre los demócratas que han perdido sus asientos en la Cámara de Representantes en un panorama tan favorable para Biden, Ocasio-Cortez considera "muy importante" saber cómo responde "internamente" el partido demócrata ante este problema, instándole a ser "honesto" a la hora de señalar los problemas.

"Nuestro partido ni siquiera está en línea, no de una manera real que demuestre competencia. Entonces eran vulnerables a estos mensajes -en Internet-, porque ni siquiera estaban en los medios donde estos mensajes eran más potentes. Claro, puedes señalar el mensaje, pero también fueron blancos fáciles", opina.

Por último, vuelve a lanzar un mensaje a sus compañeros de partido: "Necesito que entiendan que no somos el enemigo y que su base no es el enemigo". '¿Qué podemos esperar de ti los próximos cuatro años?', le pregunta el periodista. Su respuesta es tan abierta como intrigante: "No lo sé. La forma en que responda el partido informará en gran medida mi enfoque".