En un comunicado, denominado 'la última oportunidad', el Ejército subrayó que el terrorismo y la violencia "no coinciden con la naturaleza y la conducta del gran pueblo egipcio".

Este ultimátum llega tras el llamamiento del jefe del Ejército, general Abdel Fatah al Sisi, a manifestarse para respaldar a las fuerzas armadas y la policía en una "probable lucha contra la violencia y el terrorismo". Dicha convocatoria fue respaldada por el primer ministro interino Hazem el Beblaui, quien instó a los ciudadanos a salir mañana "en masa" a las calles para pedir un "Estado civil", que no sea ni religioso ni militar.

"Cualquier tipo de violencia, bien mediante el uso de armas o aterrorizando a los ciudadanos, convierte al país en campo de batalla", remarcó Beblaui. El primer ministro reconoció que el país se encuentra en un estado de "inquietud y terror", pero negó que la convocatoria de protestas sea una invitación para que haya enfrentamientos.

Sobre estos temores, el portavoz castrense Ahmed Ali advirtió también "contra salirse de la vía pacífica de las manifestaciones y recurrir a la violencia y el terrorismo". Esas acciones serán "enfrentadas con firmeza y fuerza de acuerdo con la ley", subrayó el portavoz, que pidió a las fuerzas políticas que se alejen de la provocación.

Ali insistió, por otro lado, en que las declaraciones de Al Sisi "no conllevan una amenaza contra partes específicas", en alusión a los islamistas. Los Hermanos Musulmanes acusaron al jefe del Ejército y ministro de Defensa de "alentar a una guerra civil" y mantuvieron su pulso de sacar a "millones" de personas a las calles contra el golpe de Estado que depuso a Mursi el pasado 3 de julio.