El velero Astral, de la ONG española Open Arms, ha llegado al puerto de Lampedusa (Sicilia, sur) este jueves. Allí han desembarcado 110 personas que fueron rescatadas en la noche del miércoles. Se encontraban en una embarcación en pésimas condiciones en el Mediterráneo Central. Gerard Canals, coordinador de operaciones Open Arms, asegura que fue aterrador. "Nadie quiere nunca encontrarse una situación así", añade.

Todos los tripulantes del velero tuvieron que trabajar en medio de la noche cerrada cuando la barca, en la que se encontraban los migrantes, terminó volcando. Sin apenas visibilidad, trataron de llegar hasta ellos. "Todo el mundo calmado, todo el mundo con el chaleco puesto", ordenaba uno de los miembros de la ONG. Actuaron rápido: repartieron chalecos y lanzaron las bolsas salvavidas.

Lo único que veían eran los chalecos naranja flotando. "Fue un trabajo conjunto y muy agotador de toda la tripulación. Mi compañero enfermero, Pablo, estuvo en las balsas salvavidas sacando a la gente del agua; Xavi, de cocina, estuvo en la cubierta con los focos alumbrando a todo lo que se movía", añade Canals.

El coordinador asegura que hasta que no llegaron a puerto no sabían si estaban todos a salvo. "Buscar de noche, un día sin luna...se intenta pero, uno no puede garantizar que no haya quedado nadie a la deriva", explica.

Los chalecos permitieron ir reconociendo a cada persona en el mar. En total, 111 vidas salvadas en otro rescate dramático en aguas del Mediterráneo, el que ya han muerto más de 500 migrantes en lo que va de año.