El primer ministro de Bulgaria, el conservador Boiko Borisov, anunció la dimisión de su gobierno tras diez días de intensas protestas populares contra los altos precios de la electricidad. Además, aconsejó a los 117 diputados de su partido, GERB, que también dimitan y abandonen sus escaños.

"A partir de hoy el Gobierno no tiene nada que hacer. Cada gotita de sangre para nosotros es una mancha. No puedo ver un Parlamento rodeado por tapias", dijo Borisov en el Parlamento, en alusión a los heridos en las manifestaciones celebradas en varias ciudades del país en las dos últimas noches.

Al menos cinco personas resultaron heridas anoche en Sofía en enfrentamientos entre la policía y unas tres mil personas que intentaron llegar hasta el Parlamento.

Esas nuevas y violentas protestas se produjeron a pesar de que Borisov había reaccionado a las manifestaciones anteriores forzando el lunes la dimisión del ministro de Finanzas, Simeon Dyankov, y prometiendo que bajaría el precio de la electricidad un 8%.

También anunció multas a las distribuidoras de electricidad, la austríaca EVN y las checas CEZ y Energo-Pro, y la retirada de la licencia a una de ellas (CEZ), un procedimiento que ya se ha puesto en marcha por el regulador eléctrico búlgaro.