Las calles de Ámsterdam aparecen engalanadas con coronas y banderas con las iniciales del futuro rey Guillermo Alejandro. Algunos turistas también empiezan a vestir atuendos naranjas, el Orange, el color de la Casa Real holandesa. Esto supondrá un nuevo tiempo en la monarquía holandesa, algo que podría pasar en España en los próximos años.

Elsa Gonzalez, experta en casas reales, destaca que Guillermo de Holanda "Es el primero en marcar esa savia nueva en las casas reales europea".

Las monarquías cuentan cada vez con menos adeptos. Aunque los diarios holandeses hablan de un 75% de población que apoya la corona, los datos que manejan los republicanos arrojan que solo un 30% la prefiere como institución. Políticamente, el papel de los reyes europeos es cada vez más reducido pero las sociedades quieren que sus jefes de Estado se comprometan con las causas sociales.

El futuro rey de Holanda ya explicó hace poco tiempo que en su nuevo cargo "prefería ser un rey más comprometido con la sociedad que en la política". Todo un reto para un país donde el sentimiento republicano es minoritario pero se dejará ver en la entronización vistiendo de blanco neutro frente a la fiebre naranja monárquica.