Charles Michel, primer ministro de Bélgica, ha anunciado que se reforzará la seguridad durante la celebración del día nacional belga, el próximo jueves 21, para evitar que se repita un atentado como el perpetrado en Niza, aunque ha asegurado que no se contempla la cancelación de los festejos. "Vamos a tomar medidas para tener en cuenta todos los 'modus operandi' y, en especial, este", ha detallado. Además, ha querido destacar que "por el momento, no hay indicación de ningún vínculo" del atentado en Niza "con Bélgica".

Por su parte, el ministro de Interior, Jan Jambon, ha destacado la importancia de que exista un contacto permanente entre las fuerzas de seguridad francesas y belgas. Además, también ha señalado en la necesidad de llevar a cabo medidas adicionales para el 21 de julio, pero también ha descartado anular su celebración, que incluye un desfile militar que recorre el centro de Bruselas. "No, no vamos a anular los festejos de la fiesta nacional. No vamos a adaptar nuestra forma de vida a la agenda de los terroristas", ha declarado Jambon.

Charles Michel, que ha convocado un gabinete de crisis para analizar la situación, ha aclarado que se mantiene el nivel de alerta 3 (de un máximo de 4), porque elevarlo al máximo nivel implicaría la existencia de indicios de un atentado inminente y, ha querido especificar que "no es el caso".

Tras la matanza en noviembre de 2015 de más de 130 personas en París en un ataque yihadista coordinado en distintos lugares de ocio llevó a las autoridades belgas a decretar el Estado de sitio los días siguientes, llegando a cerrar escuelas, centros comerciales y otros lugares propicios a aglomeraciones.

Bélgica desplegó además al Ejército en las calles de Bruselas y otros lugares considerados sensibles en el país, un dispositivo que se vio reforzado con patrullas mixtas de Policía y Ejército a partir de los atentados del pasado 22 de marzo en el aeropuerto y una estación de metro de la capital europea. Por otro lado, Michel ha revelado que las fuerzas de seguridad ya contemplaban la posibilidad de ataques con vehículos pesados entre las hipótesis que barajan a la hora de diseñar sus planes de vigilancia.