Jabalia, el corazón del norte de Gaza, es un campo de refugiados aniquilado que en estos momentos representa una metáfora de la muerte. Pocos consiguen llegar hasta allí y regresar con vida. Cuesta imaginar que en medio de todo el caos siga habiendo vida.

"En Jabalia, en total eran 180.000 personas, pero ahora se puede decir que son unas 80.000 ó 70.000", asegura en una conversación telefónica con laSexta Kayed Hammad. El 90% no ha recibido ayuda y las personas que, al igual que Kayed, han decidido quedarse en el norte, sobreviven gracias a los víveres que abandonaron quienes huyeron al sur.

"A veces comemos un poco de arroz, alguna lata que encontramos de garbanzos, lo que haya. (...) Hoy he conseguido harina y he hecho cincuenta y pico barras, que he repartido también...", relata Hammad, como puede observarse en el vídeo superior.

Obtener agua potable es prácticamente imposible. Aunque ya queda poco por bombardear, los israelíes no cesan en su empeño. El último, esta pasada madrugada: "Yo prefiero morir antes de quedarme herido, sufriría más, muerto ya se acaba todo".

A pesar de todo, Kayed no se arrepiente y señala que las personas que están en el sur "están deseando volver". Asegura que el escenario en el norte de Gaza es peor que un terremoto. "En un terremoto, los que salen con vida, buscan ayuda... Aquí ocurre todo lo contrario. Después de tanto bombardeo, entran con los tanques para aniquilar a los que quedan con vida... Esto no tiene que ver con la guerra no son más que civiles". Cerca de 19.000 personas, según Hamás, han muerto desde el inicio del conflicto.