La tensión en las calles ucranianas tiene su reflejo en el precio del gas y del petróleo. Lo más valioso que tiene Ucrania son sus gaseoductos, por ellos pasa el 80% del gas ruso, que cubre el 15% de la demanda en Europa.
Pero ahí España tiene ventaja: "No somos dependientes de Ucrania en gas. Nuestras importaciones de gas vienen del norte de África. Un parón en el suministro de Ucrania no iba a afectar a la energía en España" cuenta Estefanía Ponte García, directora del departamento de Análisis y Economía de Cortal Consors.
Pero el segundo en discordia en esta crisis es Rusia y ahí se complica el asunto: "Las exportaciones españolas que habían ido creciendo de forma importante a Europa Oriental, ese encarecimiento de la energía puede afectar a las exportaciones, a Alemania fundamentalmente pero también a Polonia u otros países" desvela Javier Morillas, catedrático en Economía Aplicada de la Universidad CEU San Pablo.
Y si además la bolsa rusa baja, en España tenemos otro problema: "La caída de la bolsa rusa y la depreciación del rublo con respecto al euro puede empobrecer más a los ciudadanos rusos y el año pasado hemos recibido millón y medio de turistas rusos, con poder adquisitivo medio alto y eso se puede ver deteriorado" cuenta Morillas.
Donde no parece que vayamos a acusar la crisis ucraniana es en nuestra bolsa: los bancos españoles no han prestado a Ucrania. Los socios europeos con más peligro de que no les devuelvan lo prestado son Austria, Francia y Alemania.