Cincuenta años trabajando y Rafael no contempla retirarse. "Si me encontraba bien cuando llegase a la edad de la jubilación forzosa, y podía seguir haciendo aquello que me gustaba, no me planteaba no seguir", explica el vicepresidente del Instituto de Empresa, Rafael Puyol.

Jubilado a los 70 años, es uno de los 31.000 españoles que compatibiliza un trabajo con el 50% de la pensión. "Tienes que valorar cómo quedas económicamente. Yo me lo planteé y vi que quedaba razonablemente bien", asegura.

Seguir en activo es una opción voluntaria en España. Ahora el Gobierno prevé compatibilizarlo con la totalidad de la jubilación. "Sería una gran ventaja, no solo porque habría muchos más autónomos que entrarían y prolongarían su vida laboral, sino porque sería el mismo gasto para las arcas públicas pero generaría ingresos", afirma la vicepresidenta de ATA, Celia Ferrero.

Pero la duda surge con los datos en la mano. El 86% de los jubilados que continúa trabajando son autónomos. La mayoría cotiza por la mínima, les quedaría unos 380 euros de pensión. Trabajar se convertiría para ellos en una obligación.

"Que aparezca esto como una prioridad en un país que tiene una tasa de paro próxima al 20% y, por tanto, donde lo prioritario no es compatibilizar el trabajo y la pensión", critica el secretario de Protección Social de Comisiones Obreras, Carlos Bravo.

Afloraría también la economía sumergida de quienes trabajan sin declarar. Aunque muchos jubilados lo hacen por necesidad.