Patxi llegó el lunes a la planta de Seat en Navarra y se encontró con una sorpresa: la fábrica se cerrará unos días en septiembre. La razón: "La falta de motores, un motivo general de todo el consorcio. No tendríamos motores para trabajar ocho días", explica.

La carencia deriva de la nueva prueba de homologación. Ha endurecido tanto los criterios sobre emisiones que Volkswagen está teniendo problemas para adaptar sus modelos antes de la fecha límite el 1 de septiembre. El resultado es que el desabastecimiento de motores en la factoría ha trastocado los planes de producción.

La dirección ha decidido parar durante ocho días, un ERTE para 4.900 empleados que dejarán de producir 11.000 coches del modelo Polo: "La empresa metió la pata, con eso estamos diciendo que sería la empresa la que se hiciera cargo del coste de estos días", afirma Patxi. En esos ocho días, lo único que cobrarían sería el paro.

Algo que también puede pasar en la planta de Seat en Martorell, con casi 12.000 empleados: "No podemos permitir que caiga sobre los trabajadores la mala planificación y política de reparto de motores. En el Expediente de Regulación de Empleo, está claro que nos van a encontrar", asegura Valentín Rejón, del comité de empresas de Seat en Martorell.

La otra razón de los paros es que "está cambiando la tendencia. La gente está pidiendo gasolina. Yo creo que es el 70% de la gente que entra", explica Gonzalo González, gerente del concesionario 'AutoStar'.

En julio la venta de diésel entre particulares cayó un 40%, y ya sólo representa el 36% del mercado cuando en enero era el 41%. Está ocasionado que no se de a basto con los pedidos de gasolina en muchas factorías por una falta de planificación.