Hablar de Leo Messi suele ser redundante o poco novedoso. Todos sabemos de la capacidad goleadora del argentino, su habilidad en el regate, su discreción fuera de los terrenos de juego y su carácter dentro de los mismos. Sin embargo, un excompañero suyo en Newell's, Imanol Caturano, ha revelado ciertos 'secretos' de la etapa del rosarino en el club.

"Era un chico muy divertido. Messi marcaba mucha diferencia futbolística. Cuando él quería que se terminara el partido, se terminaba. Uno hasta el día de hoy no toma dimensión de que fue compañero de este monstruo, para mí sigue siendo Lío. Seguro tome dimensión el día que no juegue más", explicó en primera instancia Caturano.

Por otro lado, durante su periplo en Newell's, a Leo Messi le detectaron un déficit de la hormona del crecimiento, lo cual limitaba su desarrollo y amenazaba su prometedora carrera como futbolista profesional. Por ello, tuvo que someterse a un tratamiento de inyecciones de hormonas para combatir el problema.

En declaraciones a 'Ataque Futbolero', Imanol Caturano contó que Messi se ponía solo las inyecciones: "Cuando Leo venía a mi casa a dormir los viernes, le daba la cajita de vacunas a mis viejos para que se la guardaran en la heladera. Y a la noche se las inyectaba solo en el cuádriceps. Esas eran sus ganas de llegar a jugar al fútbol".

De hecho, el propio Messi reconoció su antigua rutina en 'América TV' hace dos años: "Una vez por noche me iba pinchando la hormona del crecimiento. Iba cambiando de pierna. Primero una, después otra. No me impresionaba. Al principio me la ponían mis padres, hasta que aprendí y lo fui haciendo solo".

Por último, el excompañero del Balón de Oro recordó cómo iba con Leo a pedir dinero a la calle: "Estando en la pensión de Newell’s salíamos a pedir monedas para comprar gaseosas y Lío, al ser tan chiquito, era el que más conseguía".

Tratándose de Messi, el resto es historia. El astro argentino fichó por el FC Barcelona, que se comprometió a hacer frente a los gastos de su tratamiento, para formarse y crecer en La Masía.