Gennaro Gattuso siempre se ha mostrado como un gran admirador del fútbol que practicaba Pep Guardiola como entrenador. Primero en el Barça, después en el Bayern Munich y ahora en el Manchester City, donde ha vuelto a ser campeón de Europa.

El preparador italiano, en una charla con 'L'Equipe', ha contado una curiosa anécdota sobre cómo esperó a las afueras de las instalaciones del Bayern para reunirse con Pep. Lo hizo durante varios días y con uno de sus ayudantes.

"Respecto a Guardiola, esperé fuera del centro de entrenamiento del Bayern durante tres días, ¡con la esperanza de ver llegar el coche de Guardiola! No había pedido nada a nadie, porque no me gusta pedir favores. Me reconoció cuando por fin se cruzó con nosotros, pero eso fue después de dos días. Gigi (su ayudante) y yo lo pasamos muy mal", cuenta el que fuera entrenador del Valencia.

También habla de Carlo Ancelotti, que le entrenó en el Milan: "He tomado cosas de los entrenadores que he tenido en el pasado. Ancelotti es un todoterreno: consigue meterse en la cabeza de todo el mundo, lo cual es un don increíble".

"Yo tuve a Walter Smith, cuando tenía 17 años, un entrenador increíblemente amable y educado, pero que cuando se le encendía el cerebro podía convertirse en el peor criminal de Glasgow. Tuve a Alberto Zaccheroni, que era un monstruo táctico que te explicaba cada detalle del partido, pero al que quizás le faltaba ese algo extra para transmitir motivación. Todos me dejaron algo", explica el ahora entrenador del Olympique de Marsella.

Un apasionado del fútbol. Con un carácter muy característico: "Siempre he pensado en el fútbol, sí".

Y recuerda enfrentarse a aquel Barça que haría historia: "Cuando tenía unos 27-28 años, empezamos a jugar contra el Barça de Xavi, Iniesta, Ronaldinho y Messi. Me pasó algo. Corrimos durante noventa y cinco minutos, corrí una maratón cada vez que jugué contra ellos y toqué el balón tres o cuatro veces. No entendíamos qué nos estaba pasando. Nos preguntábamos por qué, cuando éramos siete u ocho detrás del balón, esperando, ¡nunca recuperábamos una! Teníamos cuatro defensas, ellos un falso nueve, ¡y tenían superioridad numérica en todas partes!".

"Ahí empecé a entender por qué nuestra mentalidad de entonces no nos estaba dando los resultados que esperábamos. Y fue entonces cuando empecé a interesarme de verdad por la cuestión, estudié e indagué", ha completado.