Decía Luis Enrique en la previa que había puesto "deberes" a sus jugadores. Esos deberes consistían en llegar al Mundial de Qatar habiendo lanzado 1.000 penaltis. "No es una lotería", mantuvo el seleccionador. Y no, no lo fue. Así se quedó la selección fuera del campeonato.

No marcó ninguno de los tres penaltis que lanzó. Pablo Sarabia, Carlos Soler y Sergio Busquets. Los tres lo fallaron. Los dos últimos, detenidos por el portero Bono.

El partido se fue a la tanda de penaltis porque las ocasiones brillaron por su ausencia. Dos veces llegó el equipo de Luis Enrique con peligro. Una la sacó Bono, la otra la estrelló Sarabia contra el poste.

España se va a casa en la primera eliminatoria. Como en Rusia: en octavos de final y en la tanda de penaltis.

El equipo no mereció pasar. Es la cruda realidad. Demasiado toque, demasiado pase horizontal. Nada de profundidad. Eso condenó a España a dar unos 1.000 pases apenas tirar dos veces entre palos.

Un mazazo terrible para una selección que ha ido de más a menos en el campeonato. De la goleada ante Costa Rica al mazazo ante Marruecos. Antes pasando por el sufrimiento contra Japón.