LeBron James no está teniendo su duelo soñado en la Final de la Conferencia Oeste ante los Denver Nuggets. Sus porcentajes de tiro son malos, sus Lakers caen ya 3-0 en la eliminatoria y, para rematar, en el partido de anoche golpeó accidentalmente a un árbitro que dejó sangrando a este último.

Corría el segundo cuarto del encuentro cuando sucedió todo. Tras una canasta de los Nuggets, LeBron salió disparado hacia la otra punta de la cancha para lanzar un contraataque, pero en su camino se encontró a Scott Foster, uno de los colegiados del encuentro.

Con la fuerza y potencia que le caracteriza, la presencia de Foster no fue un impedimento para que el alero de los Lakers prosiguiera en su intento de anotar. Golpeó accidentalmente con el hombro en el rostro del árbitro, que fue desplazado varios metros, pero el pase enviado por Reaves acabó perdido por la línea de fondo.

Rápidamente, todos fueron a preocuparse por Foster, que apenas había podido continuar la jugada. Cuando las cámaras le enfocaron, se vio sangre en el labio fruto del impacto. "Está sangrando", alarmó LeBron al darse cuenta de las consecuencias de la acción.

'The King' salió sin consecuencias de la acción, entendida como fortuita, y charló en tono jocoso con Foster. "Honestamente, debería ser una técnica", bromeó Austin Reaves al ver la sangre. "No le he visto, me he girado ya en modo ataque. Es mi culpa", reconoció LeBron al árbitro. "Seguro que llevabas 25 años queriendo hacer esto", acabó zanjando la conversación Foster en tono de broma.

Para colmo, LeBron acabó el encuentro con una nueva derrota ante los Nuggets por 108-119, quedando a una derrota más de la eliminación.