Michael Jordan ganó seis anillos de la NBA y es considerado por muchos el mejor jugador de baloncesto de la historia. Sin embargo, siempre fue conocido por su agrio carácter.

Y así se podrá ver en el documental 'The last Dance', que estrena la ESPN esta misma semana. Este lanzamiento ha preocupado a Jordan, sobre todo por la imagen que puedan tener de él los aficionados.

El periodista norteamericano Richard Deitsch ha rescatado un testimonio del propio exjugador, en el que muestra esta preocupación.

"Nuestro encuentro duró menos de una hora. Le pregunté: '¿Por qué quieres hacer esto?'. Y me dijo: ''Es que no quiero'. Le respondí: '¿Por qué no?'. Y me dijo: 'Cuando la gente lo vea, no estoy seguro de que sean capaces de entender por qué yo era tan intenso, por qué hice las cosas que hice, por qué actué de esa manera, por qué dije las cosas que dije, etc'. Me comentó que había un chico de nombre Scotty Burrell con el que tuvo que lidiar una temporada: 'Cuando la gente vea esos vídeos, va a pensar que soy una persona horrible", explica.

"Lo que pasa es que tendrán que entender que le trataba así porque necesitábamos que fuera duro cuando nos enfrentáramos a Indiana, Nueva York o Miami en la Conferencia Este. Debía ser duro y yo tenía que comprobar si podía contar con él. Esas son la clase de cosas que la gente no va a comprender, no sabrá por qué actué así'. Y lo vi como una oportunidad", continúa.

De hecho, según han desvelado diferentes medios, Jordan lloró durante la grabación del documental. En concreto cuando le preguntaron si su actitud sobre la cancha y en el vestuario le costó la simpatía de algunos de sus compañeros y el público en general.

"Ganar tiene un precio y el liderazgo tiene un precio", contestó entonces. El precio de que quizá le puedan ver como "una persona horrible".