La dificultad para poder acudir a todos los avisos fue una de las tareas con las que tuvieron que lidiar durante toda la noche los servicios sanitarios de Pamplona. Los continuos golpes y gritos no apartaban a las miles de personas que inundaban las calles de la ciudad pamplonica.

La mayor parte de las atenciones que tuvieron que hacer fueron por intoxicaciones etílicas. Las heridas por cortes con cristales fueron también uno de los motivos por los que recibieron varios avisos los voluntarios del DYA.

Finalmente tuvieron unas 150 intervenciones, un número que supera considerablemente a las atenciones que realizan durante una semana en cualquier otra época del año.