Los frescos de finales del siglo XVI del convento de Santa Inés se caen a pedazos. Alegorías del antiguo testamento que decoran las paredes de este convento en pleno centro de Sevilla.

Los azulejos, joyas del arte mudéjar, están a punto de desprenderse. Humedades, balaustradas en mal estado y puntales para evitar desprendimientos, así se encuentra este bien de Interés Cultural.

"La Junta de Andalucía se comprometió a arreglarlo y a cambio se le cedía una sala para exposiciones", explica Joaquín Moeckel, abogado.

Para la Junta el acuerdo está más que cumplido. Aseguran haber gastado más de cinco millones de euros, el doble de lo presupuestado, y recuerdan que los responsables de arreglarlo son los propietarios.

"Estamos atados. No puedo buscar a gente que lo arregle gratis porque después me multan", insiste el abogado. No quieren que les pase como con un órgano que mandaron arreglar y les multaron.

La venta de dulces de las monjas no da para tanto y esperan que, aunque sea en los tribunales, consigan arreglarlo.