El paso del tiempo se ve claramente en los muros de la iglesia de San Lorenzo Mártir. Grietas que, como cicatrices, marcan a la iglesia de Fuenteodra, en Burgos, pueblo que quiere salvar su edificio más histórico.

José Luis Corralejo, alcalde de Fuenteodra, recuerda que en esa iglesia se ha bautizado y hecho la primera comunión. "Ahora verla así te da pena", reconoce.

No olvidan tampoco esos recuerdos los siete vecinos que viven durante todo el año en Fuenteodra, que cerró su iglesia al culto hace 15 años por peligro de derrumbe.

"Ha habido funerales que ha habido que ir al pueblo de al lado a hacer la misa y luego venir a enterrarle aquí", nos cuenta José Antonio. Ahora, esa iglesia de más de 500 años amenaza con venirse abajo.

Para salvarla, el pueblo necesita 30.000 euros. Apenas les quedan 3.000 euros para alcanzar su objetivo a través de una campaña de crowdfunding. Ahora, esperan con esperanza la llegada de esa cifra.

También hablamos con la familia Ramos, que bucea en sus memorias. Días de duros inviernos y dudas si resistirá uno más: "No aguanta esto. Como nieve no aguanta".

Teresa Merello, responsable de Comunicación y Micromecenazgo de Hispania Nostra, cree que es ahora cuando "nos estamos dando cuenta de lo que tenemos aquí", con la pandemia impidiéndonos movernos fuera de nuestro país.

Quienes se dedicar a cuidar y velar por el patrimonio cuentan que a pesar de la pandemia, las donaciones no disminuyen: "El patrimonio no son solo piedras". No, es mucho más, de todos y de su pueblo.