Los expertos que han analizado una pintura descubierta en 2014 en el altillo de una vivienda del sureste de Francia han certificado que se trata de un obra de Caravaggio y que podría estar valorada en 120 millones de euros.

La obra, que representa a la heroína bíblica Judith decapitando a un general asirio, fue encontrada por los propietarios de una casa cerca de Toulouse cuando investigaban una fuga de agua en el tejado. Abrieron una puerta que hasta entonces siempre había permanecido cerrada.

Una agencia privada ha identificado como autor al artista Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio, y han situado la fecha aproximada de creación entre 1604 y 1605. A pesar de que llevaba oculta en el altillo más de 150 años, se encuentra en muy buenas condiciones.

La controversia rodea siempre a las obras atribuidas a Caravaggio. Pese a que el estilo y la temática apuntan a que se trata de un Caravaggio, el pintor lombardo nunca firmaba sus cuadros y su obra fue objeto de infinidad de copias, lo que dificulta siempre la atribución de las mismas.

El experto francés Eric Turquin, cuya casa de tasación ha sido elegida por los dueños para determinar su autenticidad, sostiene sin embargo que en esta ocasión todo hace indicar que es una auténtica pintura del italiano. "Ningún trabajo de Caravaggio hallado ha tenido un total consenso, siempre hay controversias", reconoce el experto.

Sabedor de que en esta batalla es juez y parte, Turquin se apoyó sobre todo en el análisis de Nicola Spinoza, exdirector del Museo de Nápoles y considerado uno de los grandes especialistas en la obra de Caravaggio. 
Según su peritaje, presentado en París, "la iluminación particular, la energía típica de Caravaggio, sin correcciones, con un pulso firme, y las materias pictóricas, hacen pensar que este cuadro es auténtico".