Es tan habitual su presencia en San Sebastián que ya hasta saluda en Euskera. Es el quinto concierto de Bruce en Donostia, casi cuatro horas en las que 43.000 fans disfrutaron con el Boss.

Es tanto el amor de Bruce Springsteen por San Sebastián que tras acabar el concierto el pasado sábado en Barcelona viajó hasta allí. Según han confesado quienes le conocen, le gusta porque puede pasear tranquilo por sus calles o al menos a veces.

Siempre que puede disfruta con su familia y los miembros de su banda en la playa, como se le ha podido ver otros años. Otra razón es la tarta de queso del Restaurante Zuberoa que pide que le lleven al hotel y desde que se confirmó la fecha del concierto en su restaurante favorito le reservan su mesa para comer Lubina.

Será por la gastronomía, por su gente, por sus playas, pero aunque Bruce nació en Estados Unidos se siente muy Donostiarra.