Los especialistas aseguran que al realizarse en un contexto emocional, el aprendizaje es mayor y más rápido que si se hiciera con personas. Giovanni sufrió un atropello el año pasado, desde entonces tiene muchos problemas para recordar.Sufre daño cerebral, y sus pérdidas de memoria le impiden orientarse.

Giovanni tiene que hacer un recorrido junto a Martina, la perra que le ayuda en su terapia. Si elige el camino correcto, Martina avanza, si no, se queda quieta. Es un aprendizaje sin errores ya que nunca llegan a realizar el camino incorrecto. "Esa experiencia no ocuparía espacio en la memoria porque el error no ha llegado a existir". Martina, al igual que Dátil o Nala, son perros de terapia, la herramienta elegida para ayudar a los afectados a orientarse.