El planeta necesita la ayuda del hombre, o en apenas tres décadas sufriremos un clima extremo, con frecuentes devastaciones por sequías, tornados e inundaciones.
“Afecta a las poblaciones costeras. Se nota ya por el aumento del nivel del mar”, explica Tatiana Nuño, Greenpeace. En España el paisaje se verá drásticamente modificado. El deshielo de los polos arrasará la icónica playa de la Concha o la turística ciudad de Benidorm. Los viñedos del Penedes dejarán de producir por la desertización.
Crudos efectos del cambio climático si no se reducen a corto plazo las emisiones de CO2 a la atmósfera. “El margen que teníamos para hacerlo, evitando impactos que no serán asumibles, ya lo hemos agotado”, asegura Carlos Duarte, investigador del CSIC. Los expertos no se andan con paños calientes. Y por eso la cumbre del clima que se celebra en Nueva York es vital y debe lograr un firme compromiso. “Poner un freno absoluto a los combustibles fósiles y un transición a un sistema 100% energético”, advierten desde Greenpeace.
Naciones Unidas ansía acelerar las negociaciones para reducir los gases de efecto invernadero. A pesar de la ausencia de gigantes contaminantes como China, Rusia o la India, se pretende que los países industrializados disminuyan sus emisiones nocivas un 30% para 2030. EEUU ya se ha comprometido. Los líderes mundiales son conscientes de que no pueden demorar más la acción contra el cambio climático, como en cumbres anteriores. El futuro del planeta está en juego... y ahora toca tomar medidas para asegurarlo.