La Fórmula1 pospone la introducción de los nuevos monoplazas hasta 2022

No suele ser muy habitual que en la Fórmula 1 se pongan de acuerdo todos los actores principales, pero lo cierto es que esta situación ha servido para que los dirigentes de la FIA, los del campeonato y los responsables de los distintos equipos se hayan movido con celeridad antes de que se pudiera producir un agujero económico de proporciones incalculables. Con Williams apuntando que puede que no sea capaz de salir adelante en un calendario con muchas carreras pospuestas o canceladas y con otras estructuras como HAAS viéndose obligadas a replantearse el futuro, la Federación Internacional de Automovilismo ha confirmado en la tarde del jueves su decisión de posponer la entrada del nuevo reglamento técnico que en teoría iba a implementarse en 2021.

Se espera que sea de cara a 2022 cuando finalmente los nuevos monoplazas hagan acto de aparición. Vehículos diseñados específicamente para depender menos de los alerones delanteros y hacer más viables los adelantamientos y las luchas de posiciones en pista. “Todas las partes discutieron la situación actual del campeonato 2020 y cómo reaccionará el deporte a los desafíos actuales causados por la pandemia COVID-19. Debido a la situación financiera actualmente volátil que esto ha creado, se acordó que los equipos usarán su chasis 2020 para 2021, con la posible congelación de otros componentes que se discutirán a su debido tiempo”.

La decisión, que ha sido unánime, vendrá a su vez acompañada de otras medidas con la intención de que haya otras formas de realizar ahorros significativos. Entre algunas cosas, se espera que se congelen ciertos elementos como el chasis, permitiendo únicamente que los monoplazas desarrollen su concepto aerodinámico entre las temporadas 2020 y 2021. Además, se pretendía implementar los nuevos neumáticos de perfil bajo, pero también Pirelli está viendo afectado su calendario de pruebas, por lo que se espera que las llantas de 18 pulgadas pasen también a entrar de cara a 2022.

Lo que sí se espera que entre en acción a partir del año que viene será el techo de gasto, sistema que ya se iba a aplicar a modo de prueba durante 2020, pero que no iba a tener incidencia ni deportiva ni a modo de sanciones económicas en los equipos hasta la campaña siguiente. Hay que recordar que dicho tope presupuestario se sitúa en 175 millones de dólares, los que serían al cambio actual unos 164 millones de euros, y se espera que permita cerrar a medio plazo la brecha entre los equipos de cabeza y los que forman parte de esa mitad de parrilla.