Estados Unidos es una nación de inmigrantes. Lo afirmaba el expresidente Kennedy con un ensayo que pretendía poner de manifiesto la importante contribución de los extranjeros a la cultura norteamericana con objeto de reivindicar una política más aperturista de la ley de inmigración que regía su gobierno en los años 60. También lo confirman los datos: desde esa misma década, son más de 58 millones las personas que, desde diferentes puntos del mundo, se han instalado en el país con el propósito de convertir este en un hogar de nuevas oportunidades.

Así lo expone el Centro de Investigaciones de Pew a partir de un estudio que intenta poner en contradicción el discurso xenófobo y retrógrado de Donald Trump. En el poco tiempo que lleva como presidente de EEUU, el magnate republicano ya ha firmado varios polémicos decretos en estos términos.

Desde la década de los 60 son más de 58 millones los extranjeros que se han instalado en EEUU

El primero impide la entrada al país a personas procedentes de diversos estados de mayoría musulmana. Después de ser tumbado por la justicia, Trump intentó sacarlo de nuevo adelante con algunas modificaciones, lo que no ha impedido que haya sido paralizado nuevamente. El segundo, que da pie a la construcción de un muro con México para reforzar el control fronterizo. Dos medidas contra la inmigración en un país fundado por inmigrantes.

Precisamente, en los últimos años los méxicanos se han convertido en la población migratoria que más presencia ha cobrado en Estados Unidos, con intentos de entrada en el territorio, de forma legal o ilegal, que se cuentan por cientos de miles. Pero ¿siempre ha sido así? Según el centro Pew, "el volumen actual de inmigrantes es en cierto modo un retorno al pasado de Estados Unidos".

El laboratorio se refiere a la inmensa ola de inmigración que experimentó América del Norte a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando 18,2 millones de personas, cuya procedencia era mayoritariamente Europa, viajaron a Estados Unidos. Por aquel entonces, eran los alemanes y los irlandeses los grupos más numerosos y distribuidos en el territorio, seguidos por los británicos y los italianos. Del mismo modo, hacia 1910, solo un pequeño porcentaje de los inmigrantes eran mexicanos, afincados en la zona sur de EEUU.

La mayoría de alemanes e irlandeses en suelo norteamericano ha dejado paso a una oleada de inmigración procedente, sobre todo, de México

Tras la Primera Guerra Mundial, y hasta 1965, los grupos poblacionales migratorios establecidos en Estados Unidos fueron cambiando de manera progresiva. Se redujo el número de alemanes instalados en hasta 18 estados y, en contraposición, fueron aumentando los inmigrantes que procedían de Italia y del continente asiático. En la década de los 20, y en los años posteriores a la Gran Depresión económica, la Unión Soviética tomó una posición relevante en el territorio norteamericano con más de un millón y medio de personas instaladas allí.

No fue hasta mediados de los 60 cuando comenzó la histórica movilización de México. El congreso de Estados Unidos aprobó la 'Ley de Inmigración y Nacionalidad' de 1965 con el demócrata Lyndon B. Johnson al frente del gobierno. Durante el debate de esta medida en el parlamento estadounidense, Johnson afirmó que el sistema antiguo "viola el principio básico de la democracia norteamericana, el principio según el cual la valoración y la recompensa de cada hombre deben establecerse sobre la base de sus méritos como hombre. Ha sido antiamericana en el sentido más alto, porque ha sido infiel a la fe que llevó a millares a estas costas, antes incluso de que fuéramos un país".

Con la apertura del sistema de fronteras de la nación y el sobreendeudamiento que sufrieron gran parte de los territorios latinoamericanos por la crisis del petróleo, se expandió rápidamente el número de inmigrantes que intentaban obtener un visado. Es a partir de los años 70 cuando se refleja de forma sorprendente la masiva inmigración de mexicanos. Hasta la actualidad, los latinos se han convertido en la población con mayor porcentaje de inmigrantes asentados en Estados Unidos: representan el 17% de toda la población estadounidense.

En este sentido, México conforma el 63% de ese primer dato; seguido, muy por detrás, de personas procedentes de Puerto Rico (10%) y El Salvador (3,8%). Más allá, los mexicanos tienen un porcentaje llamativamente superior de residentes en los estados que limitan con la frontera de su país; Nuevo México (72%), Arizona (58% Texas (58%), Idaho (53%) y Oklahoma (51%).

No obstante, señala Pew, "en los estados donde se han acogido a más inmigrantes, la proporción actual está por debajo de los máximos alcanzados hace más de un siglo". La investigación pone de ejemplo los casos acontecidos en California, Florida, Nueva York y Nueva Jersey, en los cuales "cerca de uno de cada cinco o más personas nacieron en el extranjero" durante distintos periodos de la historia reciente de Estados Unidos.

A este respecto, frente a las políticas antiinmigración que quiere llevar Trump en un país donde la inmigración ha protagonizado gran parte de su historia moderna, hay que prestar especial atención a las palabras del periodista mexicano Jorge Ramos: "Desde luego, han existido momentos en que esta nación ha rechazado y discriminado a extranjeros. Pero, al final de cuentas, siempre rectifica y vuelve a abrir sus puertas a los inmigrantes". Ese es, según dice, "el lado correcto de la historia".