Los hombres incómodos son esos hombres que, comprometidos, nos escuchan y no huyen, pero que si ven de frente que lo que ocurre en su hogar, con su pareja, no es un tema personal, sino un problema social, se incomodan, se revuelven en su asiento y no saben muy bien qué decir o qué hacer.
¿Será el inicio del cambio esa incomodidad de sentir que están ante una injusticia social y que se les agota el tiempo de un modelo que ya no se sostiene por ningún lado, que no lo pueden justificar porque tenemos las cifras, la voz y somos muchas las que ya nos hemos cansado y no soportamos más esta desigualdad dentro y fuera del hogar?
La semana pasada di una charla en Almería con la suerte de que en el público había más hombres de lo habitual. Seguramente muchos de ellos no venían a escucharme a mí, pero se encontraron conmigo y mi charla sobre corresponsabilidad.
Con datos que demuestran que la responsabilidad que asumen en los cuidados es insuficiente. Con datos que reflejan una realidad que supone un coste económico, emocional y personal muy, muy alto para las mujeres. Una realidad que cada día empuja a más mujeres a separarse porque prefieren estar solas a tener que convivir con hombres 'ayudantes', que no solo no hacen equipo, sino que además se alejan y molestan si sus parejas se quejan, manifiestan cómo se sienten y piden un cambio. Hombres que acaban siendo un hijo cuidado más.
Al terminar la charla, uno de los hombres que se sentaba a mi lado me dijo: "Muy bien, pero me he sentido incómodo". No sabía muy bien qué decirle. "Me alegro", musité. Pero, claro, me dejó pensativa.
En un primer momento me dije a mí misma que era un buen paso, incomodar, para conseguir que tomen conciencia, reflexionen y cambien. Pero luego, me desilusioné y pensé que en esta sociedad ser incómoda no interesa y mucho menos sentirse incómodo.
¿Cuántos hombres incómodos son capaces de provocar un cambio social? ¿Esos hombres incómodos renunciarán a sus privilegios, aceptarán el reto de convertirse en hombres y padres corresponsables? ¿O simplemente se sentirán incómodos ese momento y luego volverán a su lugar de poder, sostenido por un sistema machista que sigue haciéndonos sentir mal e insuficientes a las mujeres que gritamos demasiado, nos quejamos de más y somos unas inconformistas de manual?