El calor no es un buen amigo para los alimentos. A parte de nutrientes y agua, la temperatura es otro factor clave para que los microorganismos responsables de estropear la comida hagan su trabajo. Por este motivo, en el verano podemos sentir que algunos alimentos duran menos tiempo, aunque la verdad es que el rango de temperaturas a la que está una casa en invierno tampoco hace que duren más.

La nevera llegó a nuestras vidas para poner solución a este problema ya que, gracias al frío, podemos alargar la vida útil de los alimentos. Pero, lejos de lo que a veces parece, no hace inmortal a lo que metemos dentro. De hecho, el frío "adormece" a las bacterias, pero no las mata. Algo que, seguro que parece obvio mientras lo estas leyendo, pero que si hacemos memoria de cuánto tiempo dura cada cosa dentro del frigorífico puede que no todo lo tengamos tan claro.

Hablando de alimentos crudos, el pescado es de los que menos aguanta en la nevera. De hecho, la recomendación es consumirlo en 24 horas para que esté en óptimas condiciones. Sin embargo, la carne sí puede llegar a aguantar entre 2 y 3 días, y hasta 4 días la leche UHT abierta en la nevera, las verduras o los postres caseros. Los platos precocinados y las conservas abiertas pueden llegar a durar 5 días y el record lo tienen los huevos y la mantequilla, que pueden aguantar perfectamente dentro de la nevera hasta 2 y 3 semanas.

Como hemos dicho, el frío no "mata" las bacterias, pero el calor sí. Es decir, cuando cocinamos los alimentos si conseguimos disminuir la presencia de estas bacterias, así como inactivar sus funciones. Pero no hacemos estériles a los alimentos. Recordemos que vivimos rodeados de microorganismos esperando su momento para reproducirse. Por eso la recomendación con la comida cocinada es también meterla cuanto antes a la nevera y respetar los tiempos de vida útil, a pesar de haberla cocinado.

El pescado vuelve a ser el que menos tiempo aguanta aun habiendo pasado por el calor. Un día máximo es el límite de tiempo recomendado para consumirlo una vez cocinado. Para la pasta, el arroz y las legumbres, el plazo se amplía a las 48 horas y para la carne cocinada, hasta 3 días.

No respetar estos tiempos acarrea lo que en época de verano tan frecuentemente suele aparecer: intoxicaciones alimentarias. También conocido como "he comido algo que estaba malo". Lo normal es que aparezcan náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, pérdida de apetito, dolor de cabeza y debilidad. Los síntomas típicos que hacen que haya que tener mucho cuidado en prevenir la deshidratación.

Y aunque normalmente remite solo y sin mayor complicación, si los vómitos no desaparecen después de 12 horas, hay fiebre mayor de 38 grados, dolor abdominal fuerte y no mejora, o sangre en heces y vómitos, no hay que pensárselo: de cabeza al médico.