Según la Organización Mundial de la Salud, lavarse las manos con jabón o usar gel desinfectante es la medida de protección fundamental contra el coronavirus, la gripe, y la mayoría de microorganismos patógenos.

Los jabones y los geles desinfectantes tienen mecanismos de acción diferentes para acabar con virus, bacterias u hongos, por eso los métodos de aplicación y la eficacia dependen de cada caso. Al menos en lo que concierne a la preocupación actual, el coronavirus, ambos son efectivos si se usan correctamente y con suficiente frecuencia.

· Qué es y cómo funciona el jabón de manos

Desde el punto de vista químico, un jabón es una sal de un ácido graso. Se obtiene por reacción entre un lípido (como un aceite vegetal) y un álcali, generalmente hidróxido sódico o potásico. Su naturaleza química le confiere la capacidad de limpiar. Los jabones tienen un extremo hidrofílico, afín al agua, y el otro extremo lipofílico, afín a las grasas. Eso hace que sean capaces de encapsular la suciedad de la piel, sobre todo grasa, y solubilizarla fácilmente en el agua.

Esta propiedad la comparten con otras sustancias cosméticas, como los detergentes presentes en los geles de limpieza. La diferencia entre jabones y detergentes la encontramos en la composición química del extremo hidrofílico: los jabones son carbonatos y los detergentes son mayoritariamente sulfatos.

La forma mediante la cual los jabones acaban con la mayoría de los microorganismos patógenos es la lisis celular. Este mecanismo consiste en la ruptura de la membrana celular de las bacterias, provocando así su muerte. Todas las células están envueltas por una membrana hecha de fosfolípidos en los que se intercalan proteínas. Lo que hacen los jabones y los detergentes, como son capaces de solubilizar las proteínas e interrumpir las interacciones entre lípidos de la membrana, es desintegrarla completamente.

A su vez, los virus como el del actual coronavirus o los de la gripe, cuentan con una envoltura vírica. Las espículas son glucoproteínas que se proyectan hacia el exterior del virus como si fuesen púas. El resto de la envoltura es una bicapa lipídica. Esta envoltura vírica es sensible al calor y a los detergentes. Al disolverse las interacciones entre lípidos de la bicapa, el virus se inactiva.

Fuente de la imagen: Organización Mundial de la Salud

Para lavarse las manos correctamente con jabón hay que dedicarle entre 40 y 60 segundos. Haciendo hincapié en la limpieza entre los dedos, entrelazándolos y frotando. También hay que secarse las manos preferiblemente con una toalla desechable de papel, que usaremos para cerrar el grifo sin tocarlo directamente. De esta manera no entraremos en contacto con ninguna superficie comprometida.

· Qué es y como funciona un gel desinfectante

El gel desinfectante es un producto antiséptico que se usa como alternativa al jabón. Los componentes principales y más habituales son el alcohol isopropílico, el alcohol etílico o el alcohol propílico en concentraciones comprendidas entre el 60% y el 95%. También existen geles desinfectantes sin alcohol, con cloruro de benzalconio, clorhexidina, peróxido de hidrógeno o triclosán.

El mecanismo por el cual funcionan los geles desinfectantes hidroalcohólicos es fundamentalmente por la desnaturalización de las proteínas, tanto las de los virus como las de las membranas celulares de las bacterias. Otros componentes, como los usados en geles desinfectantes sin alcohol, son sobre todo bactericidas, bacteriostáticos u oxidantes.

Frotarse las manos con gel desinfectante durante al menos 30 segundos mata el 99,9% de las bacterias. También es efectivo frente a los hongos y frente a los virus con envoltura como los de la gripe o el actual coronavirus. Sin embargo, no son efectivos frente a otros virus como el de la rabia o los norovirus que producen gastroenteritis.

Los dispensadores de geles desinfectantes, además de en centros de salud, se han colocado en centros educativos y residencias. El resultado es que las infecciones se han reducido entre un 40 y un 60%. No obstante, según las autoridades sanitarias, el uso de gel desinfectante se recomienda siempre y cuando no se tengan las manos visiblemente sucias, como complemento a la limpieza con jabón, o cuando no se tenga acceso a agua y jabón. Es decir, la recomendación es lavarse las manos con agua y jabón, y usar gel desinfectante solo de forma complementaria.

Además, hay algunos casos en los que el gel desinfectante no sirve de nada y para los cuales solo es efectivo lavarse las manos con jabón: para eliminar las esporas bacterianas de Clostridioides difficile que causan diarrea e inflamación de colon, parásitos como Cryptosporidium que causa diferentes enfermedades respiratorias y gastrointestinales, y ciertos virus como el norovirus.

Fuente de la imagen: Organización Mundial de la Salud

Para desinfectarse las manos correctamente con un gel desinfectante hay que dedicarle entre 20 y 30 segundos. Hay que hacer hincapié entre los dedos, frotándolos y entrelazándolos. Y esperar a que el producto se seque completamente antes de tocar cualquier cosa.

Abusar de los geles desinfectantes puede llegar a ser dañino para la piel. Eliminan parte del manto lipídico, por lo que resecan las manos. Por eso es importante que entre los ingredientes encontremos al menos emolientes y humectantes como la glicerina o el pantenol. También por eso es preferible lavarse las manos con jabón de manos, con una formulación más respetuosa con la piel, que usar constantemente gel desinfectante. La evidencia científica indica que el jabón de manos produce mucha menos irritación que los geles hidroalcohólicos.

Sin embargo, a pesar de la creencia popular, los geles desinfectantes no eliminan los microorganismos de la piel que son beneficiosos. La piel los repone inmediatamente. Es decir, un uso normal de geles hidroalcohólicos no consigue alterar el microbioma cutáneo.

En síntesis:

Las autoridades sanitarias aconsejan lavarse las manos con frecuencia usando agua y jabón como medida fundamental de protección frente a microorganismos patógenos, entre ellos la gripe y el coronavirus. El jabón es efectivo y económico. Y además es la manera de deshacerse de la suciedad visible.

El uso de geles desinfectantes está indicado en ámbitos sanitarios. En situaciones cotidianas debe usarse solo como complemento al lavado de manos o cuando sea difícil el acceso a agua y jabón.