El 28 de abril de 2025, la península ibérica sufrió un apagón eléctrico sin precedentes. A las 12:33 horas, una caída súbita de 15 gigavatios de generación eléctrica —equivalente al 60% de la demanda— dejó sin suministro a millones de personas en España, Portugal y el sur de Francia. Este evento no solo paralizó infraestructuras críticas y servicios esenciales, sino que tuvo consecuencias más trágicas: al menos siete personas fallecieron en España debido a circunstancias relacionadas con el apagón.
Mientras algunos se entregaban a reflexiones románticas sobre la vida sin electricidad, es crucial recordar que este apagón tuvo víctimas mortales. Además, evidenció la fragilidad de nuestro sistema eléctrico y la falta de información clara y oportuna por parte de las autoridades.
Aunque la investigación oficial sobre las causas del apagón continúa, una de las hipótesis más plausibles apunta a una pérdida repentina de generación eléctrica que provocó un desequilibrio en la frecuencia del sistema. Este desequilibrio no pudo ser compensado a tiempo, lo que llevó a una desconexión automática de la red eléctrica ibérica del sistema europeo.
En este contexto, es importante comprender algunos términos técnicos que han surgido en las discusiones sobre el apagón. A continuación, se presenta un glosario con explicaciones claras, rigurosas y muy divulgativas:
Electricidad
La electricidad es, dicho con sencillez, electrones en movimiento. Imagina que los electrones son canicas que bajan por un tobogán: si todas se mueven en fila, eso es corriente eléctrica. Los electrones se mueven por los cables como esas canicas, impulsados por un empujón invisible (un campo eléctrico). Ese movimiento organizado de los electrones es lo que llega a las casas como electricidad, haciendo funcionar bombillas, electrodomésticos…
Frecuencia
En una red eléctrica como la nuestra, los electrones no van en línea recta, sino que van hacia delante y hacia atrás muchas veces por segundo. Este vaivén se llama corriente alterna, y la frecuencia indica cuántas veces cambian de dirección en un segundo. En Europa, lo hacen 50 veces por segundo, por eso se dice que la frecuencia es de 50 hercios (Hz).
La frecuencia se puede imaginar como electrones bailando una coreografía todos juntos, que se mueven hacia un lado y luego hacia el otro siguiendo un ritmo. La frecuencia sería las veces que hacen ese paso de baile cada segundo. Si todos siguen el ritmo, todo va bien; pero si unos se aceleran y otros se frenan, se produciría un caos eléctrico.
Corriente alterna y corriente continua
La corriente alterna es la forma de electricidad más usada en casas y ciudades. En ella, los electrones oscilan: van y vuelven, cambiando de dirección 50 veces por segundo. En cambio, en la corriente continua los electrones viajan en una sola dirección, desde el polo negativo al positivo, como en una pila. Es la que usan los dispositivos electrónicos y baterías. La corriente alterna se usa en la red porque es más fácil de transportar a largas distancias.
Tensión (Voltaje)
Es la fuerza que empuja a los electrones por el cable. Cuanto mayor es esa fuerza, más rápido se mueven. Siguiendo con la analogía de los electrones como canicas en un tobogán, cuanto más inclinado esté el tobogán, más rápido bajarán las canicas. Esa inclinación sería el voltaje.
Fase
Para entender este término hay que recordar que los electrones se comportan como ondas y como partículas, es decir, se pueden imaginar como canicas, pero también como una onda y su característico movimiento serpenteante. En un sistema de corriente alterna, la fase indica en qué punto del ciclo está una onda eléctrica: si está empezando a subir, si está en el punto más alto, si está bajando… Cuando varias ondas tienen la misma fase, se dice que están sincronizadas.
Si no, se pueden anular entre sí o generar inestabilidad. Esto se entiende muy bien al imaginar a varias personas saltando a la comba: si todas saltan en el mismo momento (en fase), todo va bien, pero si cada una va a su ritmo, se tropezarán. Esto también puede pasar en una red eléctrica si no hay sincronía.
Sistema síncrono
Un sistema eléctrico síncrono es aquel en el que todos los generadores están conectados directamente a la red y giran al mismo ritmo, con la misma frecuencia (50 Hz en Europa) y la misma fase. Esto permite que el sistema funcione como un único gran generador coordinado.
Ejemplos de sistemas síncronos son las centrales térmicas de carbón o gasóleo, las centrales nucleares, las centrales de ciclo combinado (gas natural) y las grandes centrales hidroeléctricas con generadores síncronos. En todos estos casos, hay grandes masas giratorias (turbinas y generadores) que aportan inercia mecánica al sistema, ayudando a estabilizar la frecuencia en caso de perturbaciones. Así que un sistema síncrono es como una orquesta en la que todos los instrumentos están perfectamente sincronizados y siguen el mismo compás. Si uno se sale del ritmo, el resto lo "aguanta" gracias a su propia estabilidad.
Sistema asíncrono
En este tipo de red, los generadores no están sincronizados ni en frecuencia ni en fase. Funcionan de forma más autónoma y necesitan conversores electrónicos para conectarse al sistema. Las energías renovables, como la solar y la eólica, suelen funcionar así. En este sistema es como si cada músico de la orquesta tocara a su ritmo, por lo que sería necesario un director o un metrónomo para poner orden.
Inercia
En física, la inercia es la resistencia de un objeto a cambiar su estado de movimiento. En la red eléctrica, se refiere a la capacidad de los generadores de seguir girando durante unos segundos si algo va mal, ayudando a mantener la frecuencia estable. Es como una bici que sigue avanzando aunque dejes de pedalear. Esa "energía guardada en el giro" es la inercia, y da tiempo para reaccionar.
Las centrales térmicas y nucleares, con sus grandes turbinas giratorias, aportan mucha inercia al sistema. Pero las energías renovables no: sus generadores están conectados a través de convertidores electrónicos y no tienen masas giratorias acopladas a la red, por eso no pueden estabilizarla igual si hay una perturbación.
Cero energético
Es una situación crítica en la que la generación de electricidad cae de forma abrupta y no hay suficiente energía ni inercia para mantener el sistema funcionando. Todo se apaga automáticamente para evitar daños mayores. Es como si el sistema se apagase completamente y necesitase reiniciarse desde cero. Es parecido a ir en bici y frenar en seco: sin impulso y sin inercia, pierdes el equilibrio y te caes.
Comprender estos conceptos es fundamental para interpretar adecuadamente las causas y consecuencias de eventos como el apagón del 28 de abril. Además, destaca la necesidad de una comunicación transparente y accesible por parte de las autoridades para que la ciudadanía pueda entender lo que ha sucedido y cuál ha sido la magnitud del desastre, algo esencial para responder y exigir responsabilidades ante estas situaciones. Entender los términos clave del funcionamiento de la red eléctrica es una herramienta de empoderamiento social, es una forma de responsabilidad democrática y de participación en los asuntos públicos. Porque cuando se apaga la luz —y la información—, el conocimiento es el único generador que nunca debería fallar.