Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de 2024, la Real Casa de la Moneda ha emitido una moneda de colección dedicada a Margarita Salas. En el anverso se reproduce el retrato de Su Majestad el Rey Felipe VI, y en el reverso, junto a una molécula de ADN y el símbolo de la mujer, se reproduce una imagen de la científica. Una de las partes de la cadena de ADN tiene un error que estos días muchos científicos han estado señalando, algunos con enfado, otros con bromas. Un error que afectará a las 7.000 monedas emitidas por un valor de 10 € cada una, y un coste de 60 € más IVA.

El precio de la moneda no coincide con su valor. Se ha establecido teniendo en cuenta que estas monedas contienen un mínimo de 925 milésimas de plata. La milésima es la unidad que se utiliza en joyería para establecer la ley de una pieza de plata, del mismo modo que el quilate es la unidad que más se usa para el oro. Tanto el oro como la plata se alean con otros metales para que la pieza tenga una dureza adecuada. Desde que se estableció el Sistema Métrico Decimal, con el reinado de Isabel II, la ley de la plata se empezó a medir en milésimas, es decir, en partes por mil. Así, una moneda de 900 milésimas contiene 900 gramos de plata por cada 1000 gramos de aleación. 900 milésimas es la ley de los famosos duros de plata de los que nació el dicho "nadie da duros a pesetas". Resulta que por aquel entonces las monedas de una peseta tenían una ley de 835 milésimas, así que el valor –medido en cantidad de plata– de cinco pesetas era superior al de un duro.

Margarita Salas era una química que se especializó en biología molecular. Estudiaba las moléculas que forman parte de los seres vivos y sus transformaciones, una rama de la ciencia que se conoce como bioquímica. Entre los logros de su carrera destaca el descubrimiento de la ADN polimerasa, una enzima localizada en el virus bacteriófago phi29 que tiene una aplicación crucial en biotecnología: permite amplificar el ADN (hacer muchas copias) de forma sencilla, rápida y fiable. Es la patente que ha proporcionado más beneficios al CSIC. Esta polimerasa se utiliza en todo el mundo y se aplica en análisis genéticos, forenses y paleontológicos. Cuando hay pequeñas cantidades de ADN, como un cabello encontrado en la escena de un crimen, la ADN polimerasa amplifica el ADN millones de veces para que pueda ser secuenciado y analizado.

Otra de las contribuciones científicas de Margarita Salas fue el estudio de la direccionalidad de la lectura de la información genética. Es decir, aportó datos sobre cómo la forma del ADN es crucial para entender cómo se lee el ADN. Hay que tener en cuenta que el ADN es una molécula que se encuentra en las células de todos los seres vivos y que contiene toda su información, como si fuese un carné de identidad o, más bien, una larga y detallada biografía. Por eso, que la moneda contenga un error en la forma del ADN parece una broma.

La famosa estructura de doble hélice del ADN fue descrita por James Watson y Francis Crick en 1953 a partir de la célebre fotografía 51, una imagen obtenida por la química Rosalind Franklin mediante difracción de rayos X. La forma del ADN se puede describir como dos cuerdas o hebras enrolladas, unidas por el centro por una cremallera química –cuyos dientes están formados por las bases nitrogenadas adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T)–. El sentido en el que estas hebras están enrolladas en el ADN es muy importante. Igual que se pueden enrollar dos cuerdas girándolas en sentido horario y antihorario, en el ADN ocurre lo mismo, que los seres vivos contienen ADN que gira en un sentido. Se llama ADN dextrógiro.

El error de la moneda está en el sentido del giro de las cadenadas de ADN. A la izquierda el sentido de giro es correcto –es ADN dextrógiro–, pero a la derecha cambia el sentido del giro –es ADN levógiro–. Es como si a un lado de Margarita Salas las cadenas las hubiese enrollado un diestro y al otro lado un zurdo.

Esta propiedad se llama isomería, que consiste en que dos moléculas formadas por los mismos átomos pueden tener configuraciones diferentes. Estas diferencias pueden hacer que dos moléculas que parecen idénticas tengan comportamientos muy diferentes entre sí. En algunos casos la diferencia es muy sutil, como en la isomería óptica, en la que un isómero es la imagen especular (de espejo) del otro, del mismo modo que la mano derecha es la imagen especular de la izquierda. Esto es lo que ocurre con el ADN dextrógiro y levógiro, que son isómeros ópticos. Para observar experimentalmente este 'giro' se hace pasar un haz de luz polarizada a través del isómero. Cuando el plano de la luz se inclina hacia la derecha, la sustancia es dextrógira; y cuando se desvía hacia la izquierda es levógira.

Cuando se diseña el troquel con el que se acuñan las monedas se tiene en cuenta que la imagen que se va a obtener es la especular, es una imagen invertida, de modo que el error ya está en el troquel. A un lado de Margarita Salas el sentido del giro está correctamente representado, y al otro lado está el error.

Este error suscitó algunas bromas en las redes sociales. Unos de los chistes científicos más repetidos fue que Margarita Salas aparecía en la moneda haciendo de helicasa, que es una enzima que "desenrolla" el ADN para favorecer su replicación. Otros científicos intentaron justificar el error diciendo que lo que se observa a la derecha en realidad es un "fragmento de Okazaki", que es una estructura que se forma en el ADN tras el paso de la helicasa. Otros también apuntaron que se podía tratar de dos fragmentos de ADN, uno en la conformación ADN-B, que es la forma predominante en las células, y otro en la conformación ADN-Z, que es una doble hélice levógira con forma de zigzag que es biológicamente activa y que se puede encontrar en algunas partes del ADN. Así que hay posibles justificaciones, o maneras de conformarse con algo que ha sido claramente un error de diseño. Es un error que cualquier científico habría detectado a simple vista. Qué poco habría costado pedirnos asesoramiento a alguno.

Otro de los aspectos reseñables de esta moneda es que quizá Margarita Salas no estaría de acuerdo con uno de los motivos alegados por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para seleccionarla a ella como homenajeada: "Su figura sirve para reivindicar la presencia de las mujeres en la ciencia y para inspirar a las nuevas generaciones de niñas que pueden verse reflejadas en ella". En múltiples entrevistas, Margarita Salas aseguró que sus referentes fueron hombres –Severo Ochoa y su marido–, y que tanto las mujeres como los hombres podían ser referentes para las generaciones futuras con independencia de su sexo. Salas decía que podía ser una referente también para los niños, igual que los hombres para las niñas. Una opinión controvertida pero acorde con la evidencia científica. Margarita Salas también era muy combativa con la idea de que faltaban mujeres en la ciencia, pues las cifras indican lo contrario desde hace décadas. Ella siempre señaló que trabajaba con más mujeres que hombres, algo que encaja con las cifras de mujeres que estudian química y biología, que son mayoría.

Salas también tenía opiniones contrarias a ley de paridad: "Creo que en este momento las mujeres no necesitamos ninguna ley de paridad. Lo que necesita es ayuda desde el punto de vista social. Hay aspectos positivos como tener representación femenina en los tribunales para que las mujeres no sean olvidadas, pero creo que el hecho de que por ser mujer necesariamente tengas que tener un cargo no es bueno porque desprestigia a las mujeres. Tenemos que ser seleccionados por lo que valemos, no porque tengamos una cuota. Estoy en contra de la discriminación positiva. Será mejor que seamos valorados como personas". Era muy crítica con la actitud de la mujer de "no querer llegar" a puestos de mando. En varias ocasiones contaba que ella dirigió el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa en 1992-1993, que en veinte años ella había sido la primera mujer en hacerlo, y que solo había optado a ese puesto una sola mujer después de ella. Por eso dijo que si no hay más mujeres en puestos directivos es porque 'eligieron no dar ese paso adelante'.

Margarita Salas reconoció que al principio de su carrera investigadora sufrió discriminación porque entonces se creía que las mujeres no tenían capacidad para la ciencia. Aunque ella siempre que tenía oportunidad decía que la peor discriminación que sufrió no fue por ser mujer, sino por ser mayor. Se llegó a decir que sus opiniones sobre estos temas eran controvertidas porque 'chocheaba', hasta tal punto que hoy en día resulta difícil diferenciar lo que realmente opinaba Salas con lo que falsamente se le atribuye para hacerla encajar en los discursos de moda sobre la mujer en la ciencia.