Ya estamos prácticamente en campaña electoral. Me parece terrible estar así otra vez, me parece terrible que con lo que ganamos en abril, lo que ganó la izquierda, al final nos estemos preguntando cuál fue el premio. Y nos lo tenemos que preguntar porque no han sido capaces de llegar a un acuerdo las fuerzas de la izquierda. No vale solo hacer campaña, se tiene que saber hablar, no hablar para los de fuera, no hablar en mítines de campaña, sino hablar sentado, reflexionando y sabiendo que este país necesita un gobierno de izquierdas que no se enfrente. Yo no quiero un gobierno que tenga siempre que enfrentarse al otro.

Mientras caemos en esas cosas, estamos debilitando la democracia, nos estamos debilitando nosotros y a lo mejor estamos perdiendo una oportunidad de poder empezar un gobierno que de verdad sepa seguir una senda democrática, una senda social que acabe con la desigualdad. En este país siento vergüenza cuando escucho que se han multiplicado los millonarios, o que los altos ejecutivos ganan en un día lo que los trabajadores pueden ganar en un año y medio. Me parece tan descarado que como no luchemos contra esa desigualdad no habrá nunca seguridad, ni habrá nunca democracia en nuestro país.

Por lo tanto, necesitamos que el trabajo tenga una razón de ser para todos, que no se produzca más esa desigualdad que va a empobrecer a los trabajadores. Eso no había pasado antes y como lo que nos vienen son vientos también de retroceso pido de verdad que la campaña no sea solo durante unos días, que la campaña sea el ámbito donde se encuentre la izquierda para poder hacer un gobierno progresista que lleve a una mejor vida al conjunto del país.