Durante todo este verano hemos visto que, en todas las fiestas patronales que se han celebrado, han tenido que poner carteles contra la violencia sexual recordando que el 'no es no'.

Y a pesar de ello, ha habido casos de violaciones múltiples a mujeres. El comentario general es que antes no se producían tantos casos de violaciones múltiples. ¿A qué se debe? Cada vez más, la sexualidad se aprende a través de la pornografía, de fácil acceso en Internet. Y en la pornografía, en general, se cosifica y se agrede a las mujeres. Y además se lleva el agredir y atacar en grupo y disponer entre varios hombres de una sola mujer. Y eso se está transmitiendo como cultura sexual, sin pensar que es una agresión a la mujer; al contrario, se normaliza como un acto de placer.

Tenemos que recordar que el placer de las mujeres lo marcamos nosotras y no se nos puede imponer desde fuera. Que si decimos "no" es "no". Y sólo si decimos sí es cuando estamos accediendo.

Por lo tanto, tenemos que acabar con que la educación que se dé en este país sea una educación que posibilite la agresión a mujeres. O hay educación o se deja que educación sexual se adquiera a través de la pornografía. Las mujeres queremos que se eduque en el respeto, la igualdad y el derecho al placer mutuo, pero en ningún caso de unos a costa de las otras.

Por eso, pidamos una sana educación sexual, porque, si no, las mujeres seguimos estando en peligro de violaciones grupales y violencia sexual.