Hemos asistido a un hecho histórico. Algunos no le quieren dar relevancia. He oído a Pablo Casado decir "Yo me ocupo de lo que necesita la gente, del trabajo...", a Albert Rivera con un "Esto es electoralista"...

Pero no, esto es un hecho histórico. Después de 40 años de democracia han sacado al dictador de un museo hecho por los presos políticos que él mismo destinó allí y por las víctimas que él mismo, sin consentimiento previo, se llevó allí.

Por lo tanto, cuando estamos rodeados de gente que no respeta la democracia, este hecho le da vitalidad.

Las cosas que estamos oyendo, como lo de Ortega Smith, siempre son palabras de odio, de rencor, y las víctimas de esta lucha han sido las que siempre han hablado de verdad, justicia y reparación, nunca de venganza.

Por lo tanto, tenemos que estar alegres, no por sacar al dictador (los muertos están ya muertos), sino por haber librado a la democracia de ese peso específico. Hoy me siento más demócrata, más alegre, más europea y más capaz de convivir con tanta gente.

Me acuerdo mucho de todos los que he defendido a lo largo de mi vida profesional, cientos de presos políticos que a veces la cárcel ha perseguido. De todos ellos me acuerdo para decir que la exhumación es el primer paso necesario para poder recuperar todas las injusticias que se han cometido en este país con las víctimas del franquismo. Por eso, quiero presionar para que se siga adelante en limpiar la democracia de todas las ataduras al pasado.