La justicia española tiene la característica de ser tremendamente imaginativa. El auto del juez del Tribunal Supremo, Ángel Hurtado, ha ido un poco más lejos al validar la posibilidad de filtrar un correo antes de que se tenga acceso a él. Me he propuesto intentar entender cómo esto es posible y he acudido a la física cuántica para poder comprenderlo y que me perdonen los físicos por tal osadía.
El físico Paul Wheler realizó un experimento de elección retardada por la cual un fotón parece decidir si actúa como una onda o como una partícula después de pasar por una rendija. Esto recibe el nombre de retrocausalidad y que viene a decir que el fotón no elige su comportamiento hasta que se mide. Así pues podríamos entender que la filtración del fiscal se produjera después de que otros tuvieran acceso a ese correo porque la filtración no se produjo hasta que el juez comenzó a investigarlo. Es una filtración cuántica.
No me verán en este artículo diciendo que el juez prevarica porque ha decidido algo sabiendo que era falso a sabiendas. No lo haré. Yo solo expondré hechos establecidos por el juez en el auto del Tribunal Supremo. El juez ha decidido ignorar de manera intencionada el hecho de que varios periodistas de El País tuvieran acceso a la información horas antes de que los informes de la Guardia Civil certificaran que le llegó al fiscal general del Estado. Es normal que lo ignore, porque si da validez a las pruebas aportadas con la firma de un notario significaría que se le cae toda la causa y tendría que archivar. No habría caso.
Las suposiciones e inferencias que hace el juez en el auto son de una ligereza difícilmente calificable. En una parte del auto explica que el periodista Miguel Ángel Campos hablaba en su información de "fuentes jurídicas" y, por lo tanto, eso solo podía ser que la información viniera del fiscal general del Estado o del abogado de Alberto González Amador. Ignoró de dónde se puede sacar esa conclusión pero cualquier periodista le puede dar al juez infinidad de posibilidades que amplían el abanico de todas las fuentes a las que puede referirse ese "fuentes jurídicas". La afirmación del juez es de una ignorancia tan bestial que resulta difícil calificarla.
Otra de las aseveraciones que hace el juez Ángel Hurtado tiene que ver con el tiempo que el secreto está vigente, y afirma que, mientras el interesado no quiera hacerlo público, la información sigue siendo secreto. Es decir, ahora mismo estamos cometiendo revelación de secretos todos los que estamos hablando del caso, incluido el propio juez al hacerlo público en el auto ya que el interesado no ha dado autorización expresa para hacerlo.
Por último, y si no les han parecido graves las actuaciones anteriores les voy a dar cuenta de una manipulación evidente. El juez Ángel Hurtado resta credibilidad a la declaración del periodista de la Cadena SER infiriendo que mentía. La razón por la que hace esta correlación de hechos es porque el periodista aseveró en su declaración que nunca había hablado con el fiscal general del Estado desde que accedió al cargo, pero el juez argumenta para dejar caer que miente que habló el día de la filtración porque le llamó durante cuatro segundos, manipulando la verdad porque la llamada se produjo pero nunca hablaron porque saltó el buzón de voz y el fiscal general del Estado jamás cogió el teléfono del periodista. Esto son hechos. No sé a ustedes, pero a mí me da verdadero pánico que se pueda actuar de esta manera contra un ciudadano normal, imaginen el miedo que da que esto pueda darse con un fiscal general del Estado.