¿Puedes diferenciar un gato de una gata? Saber cuál es el sexo de tu nuevo gato no siempre es fácil, mucho menos cuando se trata de gatitos o en el caso de un macho que haya sido castrado. Las diferencias entre los machos y las hembras no son muy evidentes para los nuevos propietarios de gatos, pero existen una serie de signos y comportamientos reveladores que pueden ayudarte a determinar cuál es su sexo. Sigue leyendo para descubrir las mejores formas de saber si tu mínimo es gato o gata.

Cómo saber el sexo de un gato de solo unas semanas

Si has adoptado un gatito, lo más probable es que la nueva mascota tenga solo unas semanas de vida. Los gatitos son tan inmaduros que es casi imposible saber su sexo.

Sin embargo, a partir de las seis u ocho semanas, sus genitales empiezan a ser algo más evidentes. No obstante, ten en cuenta que el pene del gato no suele ser visible. Además, es poco probable que el propietario pueda palpar o ver el escroto. Por lo tanto, debes tener en cuenta que: la ausencia aparente de pene o testículos no es una indicación de que un gatito sea hembra.

Mirar los genitales para saber si es gata o gato

Como regla general, los criadores se fijan la forma de sus genitales y la especie de signos de puntuación que parecen formar, para identificar el sexo de los gatos más jóvenes o castrados. Lo puedes comprobar tú mismo: levanta con cuidado la cola de tu mascota, empieza acariciando suavemente y rasca la parte baja de la espalda del animal para que levante la cola automáticamente cuando empiece a ronronear.

Si es una gata: en la zona genital, el espacio justo debajo de su cola habrá una especie de signo de exclamación (¡) al revés, con la larga hendidura de la zona vaginal debajo del ano. El ano y la vagina suelen estar separados por solo medio centímetro. En los gatitos, el ano y la vagina pueden parecer puntos, y pueden estar incluso más juntos.

- El ano de la gata se encuentra justo por debajo de la cola y se reconoce de manera fácil.

- La vulva de la gata tiene una ranura de forma vertical. La distancia con el ano es pequeña, de alrededor de 1 centímetro.

Si es un gato macho: tendrá una mayor separación entre el ano y el pene, con los testículos en el centro. Ambas aberturas parecen más bien puntos, círculos o dos puntos (:) que hendiduras o líneas.

- El escroto, que contiene dos pequeños testículos del tamaño del hueso de una cereza, está cubierto por pelo. Los bultos deberían ser bastante evidentes a la vista y al tacto. En el caso de un gato castrado no existirán testículos, pero sí deberá estar el escroto vacío.

- El pene nace de entre un montículo de pelo encima de los testículos y sale de entre los muslos del felino.

- El ano y el pene están separados por al menos por unos 3 centímetros (1 en caso de los gatitos), según Expertoaninal.com.

Saber el sexo de un gato por su color

Otra manera más sencilla de saber el sexo de un gato es según su color de pelo, aunque es menos fiable. Los gatos de color carey o tricolor son casi siempre hembras. Solo uno de cada 3.000 gatos tricolores es un macho, y la inmensa mayoría de ellos son estériles.

El color del pelaje de los gatos depende de la genética. Es el cromosoma X el encargado del color negro o de naranja el pelaje del gatito. Por su parte, las hembras tienen dos cromosomas X, por lo que ellas sí pueden tener los dos colores: negro, naranja y un tercer color, el blanco, que se determina por otro cromosoma, el S.

De este modo, las gatas pueden tener los colores negro, naranja (XX) y blanco (S), mientras que los gatos machos (XY) solo pueden tener dos tonos: negro (X) y blanco (S) o naranja y blanco. En el raro caso de que un macho tenga tres colores, se trata de una excepción por una alteración en los cromosomas. En concreto, esta alteración lleva el nombre del síndrome de Klinefelter, y también puede ocurrir en los humanos. Este cambio provoca que los machos o niños tengan un cromosoma X adicional

Diferencias de comportamiento entre gatos y gatas

Según van creciendo, los gatitos desarrollan su personalidad. Los gatitos macho pueden empezar a vagar a medida que se acercan a la madurez sexual. También pueden volverse territoriales, a menudo rociando su territorio para alejar a los intrusos. Los machos también pueden ser más inquietos y agresivos.

Las hembras pueden empezar a tener el celo incluso desde los cuatro meses, cuando pondrán empezar a lanzar los clásicos fuertes aullidos, que es un comportamiento de búsqueda de atención.

Recuerda que, si no eres capaz de cuidar a más gatitos, la recomendación es que esterilices a tu mascota.