En Matillas lo tienen claro. No se votan siglas, se votan personas. "Me da lo mismo un partido que otro, yo voto a la persona", se escucha al preguntar a los vecinos del pueblo. Ellos votan a Ignacio. Ha ganado las elecciones once veces, incluso cuando se ha presentado por otros partidos; y nadie se plantea que no deba ser él el alcalde.

"Tuve una pequeña discusión, me presenté aquí como Partido por Matillas y gané con el 100% de los votos", relata Ignacio al recordar su desembarco a la política municipal del pueblo.

Ignacio llegó a la alcaldía de Matillas a mediados de los años 70. Por aquel entonces, Franco seguía siendo el Jefe del Estado y la forma de elegir alcaldes era "digital"; sí, a dedo.

"Vine aquí destinado a la fábrica de cemento y me llamaron del Gobierno Civil para decirme que debía ser el alcalde del pueblo. En aquellos tiempos era todo a dedo", recuerda un Ignacio que siempre ha ganado por mayoría absoluta en las urnas.

En 47 años de mandato, el pueblo ha pasado de preocuparse por el asfaltado de sus calles -"Cuando llegué aquí había un 10% de asfalto"- a luchar por su supervivencia ante los males que acechan a la llamada 'España vaciada' -"La fábrica se llevó todo y ahora estamos en 150 vecinos. O vienen más industrias o esto desaparecerá"-.

Las palabras de Ignacio son el discurso de la pasión por mantener vivos los pueblos. Y por eso no hacen falta siglas para que el pueblo lo vote en bloque. Sólo él, su discurso y sus amor por el pueblo en el que ha vivido casi medio siglo: "Yo nunca he hecho campaña electoral. En un pueblo pequeño donde nos conocemos todos es tontería decir 'se va a hacer esto o lo otro'; se hará lo que se pueda".

Otros momentos destacados:

Los candidatos hacen su propia campaña electoral, y en ella, se pueden ver diversas tácticas. Incluirse entre el pueblo o practicar las tradiciones de la localidad son algunas de las técnicas que nunca han fallado.

Todas las ciudades son importantes en campaña, pero si hay una especialmente relevante es Madrid. La batalla en la capital ha sido agitada y los atascos, el Orgullo Gay o las viviendas sociales han protagonizado el debate entre las diversas formaciones que aspiran a gobernar la ciudad.