Mete prisa al Cristo de los gitanos, ya han tenido que refugiarse del chaparrón de madrugada y después esprintan. Se quedan sin hacer carrera oficial ni pasar por la puerta de la catedral. En la calle, tristeza hasta tal punto que un niño llega a consolar a su padre: "No llores, papá".

No hay consuelo, es la hermandad que peor parada ha salido de la lluvia. El resto ha aguantado y eso que de madrugada se ha mirado mucho al cielo. Sólo han caído algunas gotas.

Conato de estampida en Reyes Católicos al paso de La Esperanza de Triana. Una joven explica que "se ha escuchado el ruido de una lata y la gente se ha echado encima". Otra detalla que "la Policía ha llamado a la calma".

La extrema seguridad de este año ha funcionado. La que dependía de la Policía, porque la que dependía de la gente... Se pidió no usar sillitas portátiles y han salido como champiñones. Aunque tenían entrenado la evacuación. Quienes las llevaban decían que cogían la sillita y salían "corriendo".

Se prohibió abrir los bares de 49 calles, algunos no se han dado por enterados y otros hacen bocatas en la clandestinidad. Además, aunque estaba prohibido beber en la calle, la gente hacía botellón en las esquinas y las papeleras estaban llenas de latas de cerveza. La gente se sabe la teoría, pero se la salta.

Por lo demás: noche de tambores, piropos, muchas lágrimas y en todas las calles, la hermandad más moderna: la del santo móvil.