El miércoles, el primer
ministro de Australia, Malcolm Turnbull, condenó la muerte de Damond e instó a
las autoridades del estado de Montana a ofrecer explicaciones sobre el
"inexplicable" e "impactante" suceso.
Harteau ha pedido
disculpas y ha señalado que la víctima, que recibió un disparo en el abdomen
desde el interior de un coche patrulla de la Policía de Minneapolis, "no
debería haber muerto".
Según la jefa de las
fuerzas de seguridad de la ciudad, el agente Mohamed Noor, que disparó contra
Damond, actuó "de forma independiente". Además, Harteau ha señalado
que las cámaras de los policías deberían haber estado encendidas.
Damond llamó a la
Policía el sábado por la noche ante una posible agresión sexual. Tanto Noor,
como su compañero Matthew Harrity, que se encontraba en el coche cuando se
produjeron los disparos, han sido sancionados. La muerte de la australiana
supone la tercera a manos de la Policía de Minneapolis en menos de dos años.