Jack Dunn, de 17 años, ha muerto tras acudir al hospital por un fuerte dolor abdominal. Los médicos realizaron al joven un examen de estreñimiento y determinaron que se trataba de la causa del dolor. Estos le recetaron unos laxantes. Sin embargo, el joven falleció en casa a las 24 horas.

Jack explicó que padecía unos dolores que le impedía caminar correctamente cuando acudió al Hospital Royal Glamorgan, en Reino Unido. Los médicos le mandaron unos laxantes y le aconsejaron que durmiera.

La autopsia ha revelado que el joven ha muerto a causa de cetoacidosis. Esto aparece cuando el cuerpo no puede utilizar la glucosa como fuente de energía y en lugar de ello utiliza la grasa.

Keiron, su padre, ha asegurado que "encontrar a mi hijo muerto en su cama fue el peor momento de mi vida". A su vez, ha explicado a los medios de Reino Unido que cuando al menor le costaba respirar "el médico pensó que probablemente se trataba de la ansiedad que le producía estar en el hospital".

"Creo que Jack estaría vivo si le hubieran realizado algunas pruebas más. Si le hubieran administrado una solución salina de glucosa y sal, él habría sobrevivido", ha lamentado.