El fiscal general del
Estado llegó a Buenos Aires el lunes, pero el viaje no le sentó bien.
Arrastraba una infección de orina y tenía unas décimas de fiebre. El jueves,
según su entorno, empeoró, pero no quiso ir al médico.
En unas horas el
paciente reacciona a una infección, que se generaliza, afectando a tejidos y
órganos y si no se aborda a tiempo genera un fallo multiorgánico que puede
llevar a la muerte.
Cualquier infección
puede desencadenarla, desde una apendicitis a una neumonía o en el caso de maza
una infección de orina. La diferencia entre vivir o morir está en abordarlo a
tiempo. "Hay que empezar a actuar muy rápido porque la evolución a nivel
orgánica se disemina muy rápido", explica Susana García, intensivista del
Hospital Vithas Nisa Sevilla.
Hay que prestar atención
a los síntomas: una elevada frecuencia cardíaca, fiebre o bajada de tensión,
afectación de conciencia y del habla, temblores o dificultad respiratoria.
La enfermedad preocupa y los hospitales españoles han desarrollado el
código sepsis, con equipos multidisciplinares de profesionales y protocolos
comunes para abordar la enfermedad. Como los datos de mortalidad son preocupantes,
la Alianza Global de la Sepsis, a través de la concienciación, pretende reducir
al 20% la mortalidad para el año 2020.