Solo, encapuchado y rápido: así es como José Ángel Prenda llegaba a su casa, en el barrio de Amate, Sevilla. Lo hacía sobre las siete de la mañana, 13 horas después de su salida del centro penitenciario de Pamplona.

Los primeros en visitarle han sido sus amigos, que no han dejado de llegar desde primera hora de la mañana. Los más madrugadores lo hacían unos minutos después que 'El Prenda'. Un goteo continuo de personas que entraban y salían de la vivienda contentos de poder ver a su amigo.

Con gestos de cariño, amigos, vecinos y familiares que querían celebrar junto a él su puesta en libertad provisional.

Sobre las 11 de la mañana llegaba su abogado a la vivienda y tras la breve visita contaba cómo su encontraba 'El Prenda' y su familia: "Poniéndose al día con la familia, dándose besos y abrazos. Con la emoción de volver a casa".

En el barrio, sus conocidos se alegran con su vuelta a casa: "Por lo menos hasta que se celebre el juicio como a cualquier ciudadano de a pie". Pero no a todos les gusta que estén fuera de prisión: "Si lo han hecho y no les han castigado lo van a volver a hacer". De momento, los acusados vuelven a sus vidas hasta que el juez dicte la sentencia en firme.