Hace 35 años España salía a la calle consternada. Unos 700 muertos y miles de hospitalizados tras consumir aceite de colza de varias garrafas adulteradas. El aceite estaba destinado a uso industrial pero se vendió de forma fraudulenta para consumo humano en puestos de venta ambulante.

Hasta 40 días después del primer fallecimiento no se descubrió el origen de la intoxicación. Durante semanas los afectados eran diagnosticados de neumonía atípica y toda España estaba en alerta por esa epidemia extraña de neumonía. Solo dos de los 13 industriales procesados cumplieron penas de cárcel de 38 y 40 años, el resto de condenas no superaron los cuatro años.

Todavía hay supervivientes de la colza: enfermos crónicos con graves problemas respiratorios, hepáticos, de riñón, del tracto intestinal o de la dermis. Por eso, a día de hoy, la colza sufre un estigma difícil de borrar en nuestro país.

"Hay una asociación del aceite de colza que defiende venenoso, nocivo para al salud humana cuando no tiene que ser así", se queja Ignacio Cañas, secretario técnico la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, 'COAG'.

Ese temor en su uso para el consumo humano se contrapone a su expansión en el campo. La producción total de colza en España se ha multiplicado por cuatro desde 2010.

Ángel Galve, agricultor y secretario general de COAG Castilla La Mancha, ha vuelto a dedicar parte de su explotación a esta planta."La colza es más interesante porque es más productiva que el girasol, necesita menos tratamientos y el precio de mercado es poquito menos que el girasol", explica Ángel.

Más de 8000 hectáreas de flores amarillas como estas cubren los campos de Guadalajara. Los agricultores han encontrado en la colza un cultivo muy interesante por sus condiciones económicas y también por su gran resistencia a las temperaturas extremas.

Además, necesita menos herbicidas y cada agricultor recibe 40 euros de subvención por hectárea plantada lo que la convierte en un cultivo rentable pues crece en cualquier tipo de tierra.

Es todo un fenómeno en el campo español. Sin embargo las 144 mil toneladas de colza que se cultivan en nuestro país, no llegarán a convertirse en aceite para consumo humano en España. Todas se exportan a Europa o se destinan a pienso animal.