La Plaza del Vi de Girona se teñía esta tarde de amarillo. Bufandas, lazos y pancartas en una plaza completamente llena donde piden la libertad de los políticos encarcelados y donde el merchandising más vendido es la careta de Carles Puigdemont.

Pero por la mañana en Lérida, neumáticos ardiendo desde las siete y media en la A2, a la altura del municipio de Alcarrás. La carretera cortada en dirección Barcelona por un grupo de unas 150 personas que con la cara tapada, han prendido las ruedas y han abandonado la zona dejando kilómetros de retenciones.

Incidentes aislados en un día de protestas pacíficas. Como los trabajadores del Parlament, que a las 12:00 guardaban un minuto de silencio en protesta por la detención de Puigdemont que acababa con gritos pidiendo su libertad.

En Girona, una manifestación espontánea de trabajadores de la Generalitat llegaba hasta las puertas del Ayuntamiento. Portan pancartas y caretas de Puigdemont. Y así han aparecido esta mañana los juzgados de Girona: con la fachada llena de pintura amarilla.

Concentraciones también en las puertas de varios juzgados de Cataluña convocados por varias asociaciones de abogados. Apoyos que llegan también desde fuera de Cataluña. En Valencia se concentraban esta tarde decenas de personas para pedir la libertad de los políticos encarcelados y donde se han quemado fotos del rey y del juez Llarena.